En su Mensaje de
Navidad, el Arzobispo de Valencia, cardenal Antonio Cañizares, ha afirmado que
“su felicitación, y la de todos, debería ser darnos amor, señal de que Dios
está con nosotros, ser prueba entre nosotros de que Dios no abandona al hombre,
no lo deja en la estacada. Prueba y señal de este amor, os voy a anunciar que
la Iglesia diocesana se va a despojar de bienes patrimoniales preciados para
dárselos a los pobres y vulnerables, y aliviarlos”.
El purpurado pidió que
hagan lo mismo “religiosos y religiosas, que se despojen también de bienes
patrimoniales importantes para darlo a los pobres. Dios ha dado todo, dijo,
¿por qué no nosotros? Esa es la felicidad, esa es también la verdadera
felicitación”.
Dios está con nosotros
El Cardenal Antonio
Cañizares ha asegurado que “la felicitación mejor y más auténticamente
navideña, que podemos ofrecer a los demás y más en las actuales circunstancias
de la pandemia, es llevar a todos en obras, gestos y palabras, que Dios está
con nosotros, especialmente con los que sufren y están heridos de múltiples
maneras. El testimonio vivo es que Dios ha querido nacer pobre entre los más
pobres, sus preferidos”.
El Arzobispo de Valencia
también ha aludido a la reciente aprobación en España de la eutanasia, “la ley
reguladora de un derecho inexistente”, y ha asegurado que “más allá de la
tristeza y la desolación, más allá incluso de las grandes y graves
preocupaciones y sufrimientos por las consecuencias de esta aprobación y de la
pandemia, hemos conocido el amor en que Dios ha enviado a su hijo al mundo para
que el mundo reconozca ese amor, de unos a otros. Ahí está Dios, todo Amor, esa
es la Navidad”.
El amor de Dios es más
fuerte que nuestras debilidades
“Dios se ha unido sin
fisuras a todos sin exclusión alguna, está por y con los débiles, vulnerables.
Ya no es posible un Dios aislado o un hombre aislado y encerrado en sus
egoísmos y seguridades propias: nos ha salvado en Jesús, sin Dios revelado en
la Navidad, ¿dónde vamos?. Que se enteren todos: el amor de Dios es más
poderoso y fuerte que nuestras debilidades, mezquindades y nuestros malos
gestos y acciones, su amor vence a los que se creen poderosos y sabios con los
criterios del mundo, sólo cabe la humildad, la alegría, la fe, la acogida, el
amor, la esperanza, la libertad”, ha enfatizado.
“Necesitamos esta
sabiduría de Dios, que es saborearle a Él, en la noche de Belén. Necesitamos
que esta sabiduría penetre en todo y en todos, para que abramos caminos de
encuentro con Dios, entre los hombres y el Evangelio, caminos de paz y de
justicia, de fraternidad y alegría, de vida, y recorramos así, juntos, con
todos y entre todos, sendas de esperanza, que nos acerquen a una humanidad
nueva hecha de hombres y mujeres nuevos al servicio de los vulnerables, y de
los débiles, una nueva civilización del amor, una nueva cultura de la vida”.
Un mensaje de Navidad
Por último, el Cardenal
Antonio Cañizares ha expresado sus mejores deseos en su Mensaje de Navidad:
“Hermanos, amigos, os deseo todo lo mejor, que sea realmente una Navidad, aún
en medio del dolor y del sufrimiento que compartimos, una Navidad de
Esperanza”.
“Un niño que es
Dios-con-nosotros es la señal, la criatura más frágil y vulnerable, que gime y
llora al nacer, necesitado de todo, necesitado de todos, del amor, del cariño y
de la protección de una madre y del padre, ahí está el amor grande, inmenso y
poderoso, que se despoja de su rango, se rebaja hasta el punto inconcebible de
hacerse pequeño y pasar por uno de tantos”. ¿Cómo no vamos a tener esperanza
ante un Dios que nace, que se hace débil?. Que realmente sea una Navidad muy
hermosa”, ha señalado.
El Arzobispo de Valencia
se ha dirigido a la diócesis también en valenciano, deseando “Bon nadal, Pau y
Bé. Bona nit a les families, bona nit als xicotets, al jovens, al ancians, als
malalts. Bon Any Nou, ple d´esperança i concordia, de Fe i d’amor”.*
*(Feliz Navidad, Paz y
Bien. Buenas noches a las familias, a los pequeños, a los jóvenes, a los
ancianos, a los enfermos. Buen Año Nuevo, lleno de esperanza y concordia, de Fe
y de amor).
Patricia Ynestroza-Ciudad
de Vaticano
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