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De la misma manera en que toda la atención se dirige hacia
un recién nacido cuando entra en su familia, la invitación en Navidad es la de
mirar al niño que llega. Recordando el nacimiento de Jesús sabemos que algo
nuevo entra a nuestra vida. Nuevas posibilidades, proyectos y propósitos. Este
es el momento del año para creer y trazar esos ideales.
Cuando la esperanza se había debilitado, Dios envió a su
Hijo al mundo de modo que, «el que crea en él no perezca, sino que tenga vida
eterna» (Juan 3:16). Y San Pablo dijo: «El que vive en Cristo
es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho
presente.» (Segunda Carta a los Corintios 5:17).
Esta es la naturaleza positiva que viene de Cristo. La
presencia de un Dios vivo como un regalo para el mundo entero. La Navidad tiene
ese efecto especial tanto para personas cristianas como no cristianas. La
preparación que entra en su celebración nos muestra el valor de esa novedad que
trae la paz. Una paz que incluye a todos.
Así como la Navidad marcó el comienzo de la nueva era
cristiana hace más de dos mil años desde un pesebre, también hoy es un modelo
de novedad que llega a todos los rincones del planeta. La novedad es que la
vida en Cristo nos ayuda a encontrar nuevas perspectivas en la nuestra. ¿Qué
podemos contemplar hoy en ese niño que nace para volver a empezar?
VIDA
El nacimiento de Jesús nos recuerda que la vida es un don
dado por Dios. La vida es un verdadero regalo. Celebra y comparte con otros la
alegría de estar vivo. Esta pandemia nos ha demostrado que no tenemos el
control sobre ella y somos vulnerables. Asegúrate de valorarla, tanto tu vida
como la de los demás. Cuídala, protégela, vívela apasionadamente y sobretodo sé
agradecido por tenerla.
AMOR
Jesús vino al mundo para dar su vida por nosotros y lo ha
hecho por amor. Este es un mensaje de esperanza y triunfo porque todos hemos
sido salvados. Luego de haber pasado un año difícil por la pandemia con pérdidas
tanto materiales como espirituales, intenta conectarte con oportunidades para
mostrar tu fe y compartir el amor de Dios con un mundo que está lleno de
personas heridas y desesperadas por saber que hay un Salvador.
HUMILDAD
Jesús ha nacido en un lugar sencillo, con escasos recursos y
sin lujos. Este año muchos hemos tenido que ajustarnos, conformarnos con poco y
abrazar la simplicidad. Es probable que las mesas navideñas se reduzcan de
tamaño y haya menos cosas materiales. Busca las herramientas que necesitas para
construir un proyecto real con tus limitaciones y fortalezas pensando siempre
en un bien mayor, el de todos.
INTIMIDAD
En la primera Navidad fueron solo tres. Muchas familias no
podrán reunirse y tendrán que pasar las fiestas a la distancia. Es probable que
solo tengamos que estar con nuestro círculo más cercano o incluso, algunos
solos. Esta Navidad nos invita a vivir con soledad varias cosas. Tal vez sea
una oportunidad para tener un encuentro más personal con el recién nacido. Un
encuentro cercano que Jesús quiere tener con cada corazón.
MISIÓN
Jesús nos recuerda que todos llegamos al mundo con una
misión. Al conocer y compartir nuestros propios dones, confirmamos que hemos
sido creados para encajar en el cuerpo de Cristo. Busca las cosas que te
iluminan y recuerda que está bien que los regalos de otros sean diferentes a
los tuyos. De hecho, así es como fuimos creados, para que cada uno de nosotros
desempeñe un papel único en la historia y de gloria a Dios a través de ella.
Cecilia Zinicola
Fuente: Aleteia






