“No están solos”
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Papa Francisco (C) L'Osservatore Romano |
En esta reunión están presentes unas cincuenta
organizaciones benéficas católicas, representantes de los episcopados locales y
de las instituciones eclesiásticas y congregaciones religiosas que trabajan en
Siria, Irak y los países vecinos, así como los nuncios apostólicos de la zona.
Vivir en paz
En primer lugar, el Santo Padre saluda a las personas
reunidas “para discutir y reflexionar sobre los gravísimos problemas que aun
hoy afligen a las amadas poblaciones de Siria, Irak y los países limítrofes”.
“Cada esfuerzo -grande o pequeño- que se hace para fomentar
el proceso de paz es como poner un ladrillo en la construcción de una sociedad
justa, que se abra a la acogida, y donde todos puedan encontrar un lugar para
vivir en paz”, sostiene Francisco.
Presencia cristiana en estas tierras
El Papa, que visitará Irak del 5 al 8 de marzo 2021, dirige un
pensamiento especial “a las personas que han tenido que dejar sus casas para
escapar de los horrores de la guerra, en busca de mejores condiciones de vida
para ellos y sus seres queridos”.
En particular, prosigue, “recuerdo a los cristianos que
fueron obligados a abandonar los lugares donde nacieron y crecieron, donde su
fe se desarrolló y enriqueció. Es necesario lograr que la presencia cristiana,
en estas tierras, siga siendo lo que siempre ha sido: un signo de paz, progreso,
desarrollo y reconciliación entre las personas y los pueblos”.
Llamado a la comunidad internacional
A continuación, el Pontífice manifiesta su preocupación por
los refugiados que desean volver a sus países y realiza “un llamamiento a la
comunidad internacional para que haga todo esfuerzo para facilitar este
retorno, garantizando las condiciones de seguridad y las condiciones económicas
necesarias para que esto pueda realizarse. Cada gesto, cada esfuerzo en esta
dirección es precioso”.
El Sucesor de Pedro reflexiona también sobre la obra que
realizan las agencias católicas comprometidas en las ayudas humanitarias,
alentándolas a continuar con su labor: “Un pensamiento de aliento para todos
ustedes que, siguiendo el ejemplo del Buen Samaritano, trabajan sin reservas
para acoger, curar y acompañar a los migrantes y desplazados en estas tierras,
sin distinción de credo o de pertenencia”.
“Como he dicho muchas veces, la Iglesia no es una ONG.
Nuestra acción caritativa debe estar inspirada por y hacia el Evangelio. Esta
ayuda debe ser un signo tangible de la caridad de una Iglesia local que ayuda a
otra Iglesia que está sufriendo, a través de estos medios maravillosos que son
las agencias católicas de ayuda humanitaria y de desarrollo. ¡Una Iglesia que
ayuda a otra Iglesia!”, añade.
“No están solos”
Para terminar, el Papa Francisco indica: “Quiero que sepan
que cuando se encuentran trabajando en estos lugares, ¡no están solos!”, pues
“toda la Iglesia se convierte en una sola, para salir al encuentro del herido
que se topó con los bandidos en el camino de Jerusalén a Jericó”.
“En vuestro trabajo, mi bendición, que con gusto les imparto
hoy, los acompañará siempre, para que este encuentro traiga a vuestros países
abundantes frutos de prosperidad, desarrollo y paz, para una nueva vida.
¡Gracias!”, concluye Francisco.
Larissa I. López
Fuente: Zenit