Un esfuerzo más de los fieles por
“una caridad más solícita, una oración más intensa, un compromiso más fuerte,
especialmente con los más pobres y necesitados” es la petición del Arzobispo de
Barcelona y Presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Cardenal
Juan José Omella, en su Mensaje de Navidad. “Un año muy duro”, dice el
Purpurado, en el que sin embargo “nuestra esperanza se ha visto cumplida
una vez más”, con el Niño nacido en el portal de Belén: “ Jesús está aquí.
Sigue presente. No nos falla nunca” .
“La humildad, la acogida del que
viene de lejos, el compartir con el que no tiene nada. Valores tan necesarios
en nuestro tiempo, aquí y ahora” afirma el Presidente del Episcopado Español
que recuerda los momentos dolorosos que se han vivido y que se seguirán
viviendo a causa de la pandemia y ante los cuales no se puede ser indiferentes,
no solo por las muchas vidas que se ha llevado sino también por las
“dificultades económicas graves” y el futuro “sombrío” que se presenta en
muchos hogares.
“Sería bueno, cuánto lo deseamos
todos, que los responsables políticos y las instituciones públicas y privadas
pongan los medios necesarios para que esta nueva crisis social y económica pase
cuanto antes. En eso se concreta ahora su vocación de servicio al bien común,
sin el cual no existe una verdadera caridad política”, exhorta el Purpurado
español.
El video mensaje también resalta la
vocación de servicio de muchas personas e instituciones que en “medio de la
oscuridad” hicieron posible con su trabajo mantener la esperanza. “Estos
tiempos de crisis – dice el Cardenal Omella – han mostrado la oscuridad de
algunos corazones, pero también, sin duda, la grandeza de ánimo de tantas
personas que, olvidadas de sí mismas, han salido a ayudar al otro, por encima
de cualquier otra consideración”.
Para el Arzobispo de Barcelona
esta solidaridad es signo de que en la sociedad “hay gran reserva de
humanidad”, sin embargo, la situación exige un mayor esfuerzo de todos para no
olvidar al prójimo, a los más necesitados que muchas veces están más cerca de
lo que se piensa, en el vecino, en el colega, en la propia familia. Y esto es
una invitación también a construir una fraternidad abierta, que permita
reconocer, valorar y amar a cada persona: “Todos estamos llamados a crear
una familiaridad por encima de razas, de procedencias, de nivel social, de
convicciones personales o religiosas”.
El Cardenal Omella cierra su video mensaje reconociendo que si bien este año la navidad se vive en complejas circunstancias como consecuencia de la pandemia, la “auténtica Navidad es y será siempre fuente de esperanza”.
Alina Tufani – Ciudad del Vaticano
Vatican News