Los padres son los primeros educadores de la fe de sus hijos. Pero ¿hasta cuándo deben asumir este papel?
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¿Cuánto tiempo somos
responsables del alma de un hijo?
En la educación con vistas a favorecer en el hijo
una auténtica autonomía, la intervención de los padres debe ir
decreciendo a medida que el hijo crece. Eso no implica la
desaparición de la responsabilidad parental, sino su evolución.
Hijos
con libertad, padres con amor incondicional
¿Podemos seguir
interviniendo en su vida espiritual después de su mayoría de edad?
Los jóvenes maduros antes de los 18 años cada vez
escasean más. Al final, el hijo hará el uso que quiera del patrimonio recibido
de sus padres. Esa es la consecuencia de su libertad.
¿Qué hacer si se aleja de
la fe?
A los padres les vendría bien adoptar la postura
del padre en la parábola del hijo pródigo, manteniéndose dispuestos a recibir
al hijo incondicionalmente.
No se trata de excluir la corrección,
que además recomienda el Evangelio, sino de recordar que esta solo es una de
las modalidades de la misericordia.
Que los padres no teman dejar que sus hijos tomen
cierta distancia de
perspectiva una vez que su trabajo como educadores haya terminado.
Aunque su responsabilidad hacia ellos sigue
existiendo, son solo unos coeducadores a quienes su descendencia les fue
confiada por un Padre que no deja de velar por ellos y que tiene todo en su
mano divina.
Entrevista
realizada por Elisabeth Caillemer
Fuente: Aleteia
