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La cruz después de ser retirada. Foto: Margarita Lucena / Diócesis de Córdoba |
Una indignación que se hizo mayor
tras difundirse unas imágenes de la cruz profanada en un vertedero entre
escombros de obra.
Después de las explicaciones
ofrecidas por la regidora, en las que aprovechó para lanzar un ataque al Obispo
de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, por defender la cruz, las críticas no
solo no han remitido, sino que no dejan de llegar de diferentes frentes, ahora
de la izquierda.
Según la nota de prensa, de la
que se hizo eco la agencia Europa Press, el PSOE reclamó el expediente completo
del derribo y exigió transparencia. Para los socialistas, la actuación contra
la cruz no era una prioridad en un momento de pandemia en que la prioridad del
Ayuntamiento “deberían ser las personas y sus necesidades”.
Piden al gobierno local de
Izquierda Unida “que concentre sus esfuerzos en agilizar los procedimientos de
ayudas directas a feriantes, hostelería, comerciantes, autónomos, etcétera, en
esta situación excepcional que vivimos. Es ahí donde se requiere actuar con
celeridad”, se indica en la nota de prensa del PSOE publicada por Europa Press.
Además, en referencia a la
justificación de la alcaldesa que afirmó que la urgencia con que se realizó el
derribo se debió a la filtración de un expediente interno, el PSOE asegura que
“la excusa de la filtración es sólo su excusa para llevar a cabo el derribo sin
el consenso con los demás partidos políticos y la ciudadanía”.
“Es un hecho que el derribo de la
cruz se ha decidido unilateralmente, una fórmula de proceder que se está
normalizando en este equipo de gobierno”.
Por último, en la nota de prensa
se insiste en que “desde el PSOE de Aguilar de la Frontera nos solidarizamos
con aquellos colectivos y personas que hayan sufrido al ver la cruz tirada en
el vertedero”.
Indignación de la Iglesia y de
los vecinos
Estas críticas de los concejales
socialistas se suman a las de otros colectivos vecinales y de la Iglesia. El
Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, señaló que “hay quienes piensan
que los sentimientos religiosos no cuentan. Y sí que cuentan. Que nadie los
toque”. Unas declaraciones que le valieron un despiadado ataque de la alcaldesa
comunista.
El párroco de Aguilar, Pablo
Lora, definió como “un atropello a la fe” el derribo de la cruz y su posterior
profanación en un vertedero: “Contemplar el signo de la Cruz arrojada en un
vertedero y conocer la orden de su destrucción me ha producido un profundo
dolor, ha provocado una herida en nuestros sentimientos religiosos”.
Por su parte, la Agrupación de
Cofradías de Aguilar de la Frontera señaló en un comunicado que “las imágenes
que todos hemos contemplado en los últimos días, entre ellas la fotografía de
la Cruz arrojada en una escombrera, han herido nuestros sentimientos
produciendo un profundo dolor que no nos merecemos, y por supuesto han
proyectado una imagen de Aguilar al exterior que a nuestro entender, no es la
deseada por nadie”.
De forma espontánea, numerosos
vecinos han llenado de flores el espacio que ocupaba la cruz y algunos se han
trasladado hasta el vertedero para recuperar la cruz, aunque esta ya había
desaparecido.
Ante todas esas críticas, la
alcaldesa Flores respondió argumentando que “esa cruz no tiene ninguna
connotación religiosa”, “no tiene ningún interés para nada”, “es una cruz de
cemento que no tiene ningún valor”.
Fuente: ACI Prensa