2 Enero. Santos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno, obispos
y doctores de la Iglesia
Evangelio según Juan 1, 19-28
Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron
desde Jerusalén sacerdotes y levitas a que le preguntaran:
«¿Tú quién eres?»
Él confesó y no negó; confesó:
«Yo no soy el Mesías».
Le preguntaron:
«¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?».
Él dijo:
«No lo soy».
«¿Eres tú el Profeta?».
Respondió: «No».
«¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que
nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?».
Él contestó:
«Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino
del Señor”, como dijo el profeta Isaías».
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:
«Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni
Elías, ni el Profeta?».
Juan les respondió:
«Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no
conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa
de la sandalia».
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde
Juan estaba bautizando.
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Hagamos también que el Evangelio se convierta más y más en
la carne de nuestras vidas. Acercarnos al Evangelio, meditarlo, encarnarlo en
la vida cotidiana es la mejor manera de conocer a Jesús y llevarlo a los demás.
Esta es la vocación y la alegría de todo bautizado: mostrar y dar Jesús a los
demás; pero para ello debemos conocerlo y tenerlo dentro de nosotros, como
Señor de nuestra vida. Y Él nos defiende del mal, del diablo, que siempre está
agazapado ante nuestra puerta, ante nuestro corazón, y quiere
entrar. ANGELUS 3 enero de 2016
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