2.1.21

EVANGELIO DEL DÍA

2 Enero. Santos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno, obispos y doctores de la Iglesia

Evangelio según Juan 1, 19-28

Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a que le preguntaran:
    «¿Tú quién eres?»
Él confesó y no negó; confesó:
    «Yo no soy el Mesías».
Le preguntaron:
    «¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?».
Él dijo:
    «No lo soy».
«¿Eres tú el Profeta?».
Respondió: «No».
Y le dijeron:
    «¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?».
Él contestó:
    «Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías».
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:
    «Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?».
Juan les respondió:
    «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia».
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan estaba bautizando.

PALABRAS DEL SANTO PADRE

Hagamos también que el Evangelio se convierta más y más en la carne de nuestras vidas. Acercarnos al Evangelio, meditarlo, encarnarlo en la vida cotidiana es la mejor manera de conocer a Jesús y llevarlo a los demás. Esta es la vocación y la alegría de todo bautizado: mostrar y dar Jesús a los demás; pero para ello debemos conocerlo y tenerlo dentro de nosotros, como Señor de nuestra vida. Y Él nos defiende del mal, del diablo, que siempre está agazapado ante nuestra puerta, ante nuestro corazón, y quiere entrar. ANGELUS 3 enero de 2016

Vatican News

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