10 Enero. Bautismo del Señor
El padre
Francisco Díaz S.J. comenta el Evangelio según Marcos 1, 7-11 correspondiente
al 10 de enero, Solemnidad del Bautismo del Señor.
En el
Evangelio leemos el momento en el cual Jesús es bautizado por Juan en el
Jordán. Jesús viene de Nazaret y, previo a iniciar su actividad, desciende y se
identifica con aquellos penitentes que buscaban el bautismo de Juan el
Bautista. Si notamos los detalles en el Evangelio, Jesús aparece como una luz
que disipa todas las tinieblas. Los cielos se rasgan porque de ahora en
adelante la comunicación con Dios será definitiva. Los cielos se abren y
desciende el Espíritu. Como si no bastara, una voz del cielo lo proclama Hijo
muy querido, porque el Padre confía en Él plenamente. El Bautismo de Jesús
anuncia la relación entre el Padre y su Hijo, subrayando la preferencia
absoluta y confirmando su elección mesiánica.
Tan importante
fue el bautismo, que las primeras comunidades cristianas y nosotros, hoy en
día, seguimos bautizando en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
renovando así la relación con Dios, como Padre que confía en nosotros, sus
hijos e hijas, actualizando la fraternidad con nuestro hermano Jesús, nuestro
Señor, por medio de quien nos convertimos todos los hombres y mujeres en
hermanos y hermanas.
Es evidente
que el bautismo de Juan propone la conversión y el arrepentimiento de los
pecados. Con el Bautismo de Jesús, esta conversión es el punto de partida para
ir más allá de la simple conducta moral correcta. En el plano superior, a nivel
de fe, estamos llamados a sentirnos hijos e hijas de un Dios que confía en nosotros.
Por eso leemos los Evangelios con reverencia y confianza, porque sabemos que en
ellos encontramos Palabras de Vida eterna y un mensaje que nos renueva cada
día, que nos fortalece y nos anima a vivir plenamente bajo la mirada amorosa de
nuestro Dios.
Francisco Díaz SJ
Vatican News