Una sociedad es tanto más humana cuanto más sabe cuidar a sus miembros frágiles y que más sufren, y sabe hacerlo con eficiencia animada por el amor fraterno
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| PEl Papa Francisco bendice a un anciano enfermo. Crédito: ACI Prensa |
El mensaje del Papa Francisco con
motivo de la Jornada Mundial del Enfermo, se inspira en el pasaje “en el que
Jesús critica la hipocresía de quienes dicen, pero no hacen (cf. Mt 23,1-12).
Cuando la fe se limita a ejercicios verbales estériles, sin involucrarse en la
historia y las necesidades del prójimo, la coherencia entre el credo profesado
y la vida real se debilita”, explica.
En su mensaje, el Santo Padre
sostiene que la pandemia actual “ha sacado a la luz numerosas insuficiencias de
los sistemas sanitarios y carencias en la atención de las personas enfermas.
Los ancianos, los más débiles y vulnerables no siempre tienen garantizado el
acceso a los tratamientos, y no siempre es de manera equitativa”.
Lo anterior, depende “de las
decisiones políticas, del modo de administrar los recursos y del compromiso de
quienes ocupan cargos de responsabilidad. Invertir recursos en el cuidado y la
atención a las personas enfermas es una prioridad vinculada a un principio: la
salud es un bien común primario”.
El Papa Francisco agradece “la
entrega y la generosidad ”de “una multitud silenciosa de hombres y mujeres que
han decidido mirar esos rostros, haciéndose cargo de las heridas de los
pacientes, que sentían prójimos por el hecho de pertenecer a la misma familia
humana”.
“La cercanía, de hecho, es
un bálsamo muy valioso, que brinda apoyo y consuelo a quien sufre en la enfermedad”
y “vivimos esta cercanía, no sólo de manera personal, sino también de forma
comunitaria: en efecto, el amor fraterno en Cristo genera una comunidad capaz
de sanar, que no abandona a nadie, que incluye y acoge sobre todo a los más
frágiles”.
El servicio “siempre mira el
rostro del hermano, toca su carne, siente su projimidad y hasta en algunos
casos la ‘padece’ y busca la promoción del hermano. Por eso nunca el servicio
es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a personas» (ibíd.).
En ese sentido, destacó que “para
que haya una buena terapia, es decisivo el aspecto relacional, mediante el que
se puede adoptar un enfoque holístico hacia la persona enferma”.
Lo anterior, “también ayuda a los
médicos, los enfermeros, los profesionales y los voluntarios a hacerse cargo de
aquellos que sufren para acompañarles en un camino de curación, gracias a una
relación interpersonal de confianza”, (cf. Nueva Carta de los agentes
sanitarios [2016], 4).
“Se trata, por lo tanto, de
establecer un pacto entre los necesitados de cuidados y quienes los cuidan; un
pacto basado en la confianza y el respeto mutuos, en la sinceridad, en la
disponibilidad, para superar toda barrera defensiva, poner en el centro la
dignidad del enfermo, tutelar la profesionalidad de los agentes sanitarios y
mantener una buena relación con las familias de los pacientes”.
“Una sociedad es tanto más humana
cuanto más sabe cuidar a sus miembros frágiles y que más sufren, y sabe hacerlo
con eficiencia animada por el amor fraterno. Caminemos hacia esta meta,
procurando que nadie se quede solo, que nadie se sienta excluido ni
abandonado”.
Lea el mensaje íntegro AQUÍ.
Fuente: ACI Prensa






