Luis Argüello ha destacado la experiencia como «un verdadero acontecimiento eclesial»
Un
hito en nuestro Iglesia
Para Isaac Martín,
este Congreso «ha supuesto un hito para nuestra iglesia, no tanto
por la importancia de que los laicos vivamos nuestra vocación en plenitud sino
desde la perspectiva de sentirnos miembros del Pueblo de Dios». «Para mí la
clave fue que comenzó siendo un congreso de laicos y terminó siendo un congreso
de todo el Pueblo de Dios», ha indicado, además de compartir que para él
personalmente el Congreso supuso una llamada a vivir su fe con más radicalidad
Cada uno de los
participantes fue citando algún aspecto a destacar del Congreso vivido hace un
año. Isabel García destacó la comunión que se respiraba, Pilar
Rodríguez-Carretero, la importancia de transmitir a Dios desde la música; Isaac
Martín, la sinodalidad en vivo y en directo; David la Vigilia con el testimonio
de Carlos García de Andoin; y Luis Argüello, la Eucaristía con esa capacidad
que tiene de generar asombro y los medios sencillos con los que se vivió.
¿Sueño
o realidad?
Ana Medina lanzó la
pregunta sobre si fue un sueño o fue reflejo de una realidad eclesial. Y para
Isaac Martín no fue un espejismo sino que «lo experimentamos en nuestro
corazón. «¿No sigue ardiendo en nuestro corazón? ¿No ardía nuestro
corazón cuando experimentábamos todo esto? ¿No sigue ardiendo por
ejemplo hoy cuando lo estamos reviviendo?», se ha preguntado.
Por su parte, Luis
Argüello se formuló qué quiere Dios de nosotros y ha señalado la importancia de
la guía del poscongreso como un instrumento de comunión y de discernimiento. «Los
laicos son conscientes de que su vocación es vivir la caridad política, los
curas tenemos que ser conscientes de que nuestra vocación es vivir la caridad
pastoral y los consagrados, que su vocación es una especial entrega en la
vivencia de un carisma», ha expresado.
Frutos
del Congreso
David Roces recordó
que durante la pandemia hubo muchas personas que descubrieron su presencia
pública de otra manera: acompañando en la soledad de tantas personas,
sustituyendo a voluntarios de Cáritas de más edad, con las reuniones virtuales
o aprendiendo a manejar un ordenador. «El Congreso nos ha hecho leer la
realidad en la que vivimos ahora».
Por su parte, Pilar
Rodríguez ha señalado que aunque la covid está siendo dura, lo vivido en el
Congreso ayuda al hoy: el estar atentos a los signos de los tiempos,
revitalizar la Iglesia, dar respuestas de hoy. Así también se ha expresado
Isaac Martín al indicar que el Congreso nos ha preparado mejor para vivir las
situaciones que vivimos. «¿No es más necesario que nunca anunciar a
Jesucristo en este momento de incertidumbre a las personas que necesitan de ese
apoyo? ¿No es preciso acompañar a los hombres y mujeres en estos momentos para
transmitirles el testimonio de fe? ¿No es necesario a través de la formación
vincularnos más fuertemente a Jesucristo? Y en el contexto de crisis social y
económica que estamos viviendo, ¿no es necesario que nuestra presencia en la
vida pública sea aún mayor?», se ha preguntado. Además, ha asegurado que en
este tiempo de pandemia «hemos percibido la centralidad de los cuatro itinerarios, la actualidad de todo lo vivido y
la providencialidad. Como si todo el Congreso nos estuviera preparando para
vivir lo presente».
Solidaridad,
soledad y silencio
Además, Isabel,
destacó tres palabras que empiezan con “ese”: la solidaridad,
la soledad y el silencio interior. De la
solidaridad ha indicado que es «un fruto de todo este tiempo de la pandemia que
hemos visto en vecinos, mayores y pequeños». De la soledad de nuestros mayores,
ha destacado la necesidad que tienen de visitas, acompañamiento, diálogos. Y
del silencio interior ha señalado la importancia de encontrarse con las
personas que se quiere en la oración y la reflexión.
Por último, el
presidente de la Comisión Episcopal de los Laicos, Familia y Vida, Carlos
Escribano, ha valorado el recuerdo del Congreso de Laicos y le ha llenado
de «responsabilidad pensando en el presente y en el futuro». Tenemos puestas las bases y en las diócesis españolas
se respira ganas de la tarea de evangelización, ha indicado, destacando
que «vamos a vivir una primavera en el laicado en España y en nuestra
acción evangelizadora en los próximos años».
Fuente: Revista Ecclesia