La liturgia es evento, es acontecimiento, es presencia, es encuentro con Cristo”
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El Papa Francisco en la Audiencia General Foto: Vatican Media |
“La Misa no puede ser solo
‘escuchada’ como si nosotros fuéramos solo espectadores de algo que se desliza
sin involucrarnos. La Misa siempre es celebrada, y no solo por el
sacerdote que la preside, sino por todos los cristianos que la viven. ¡El
centro es Cristo! Todos nosotros, en la diversidad de los dones y de los
ministerios, todos nos unimos a su acción, porque es Él, Cristo, es el
Protagonista de la liturgia”, indicó el Papa.
En esta línea, el Pontífice
señaló que “la liturgia, precisamente por su dimensión objetiva, pide ser
celebrada con fervor, para que la gracia derramada en el rito no se disperse
sino que alcance la vivencia de cada uno”.
Además, el Santo Padre reconoció
que en la historia de la Iglesia ha existido “en más de una ocasión, la
tentación de practicar un cristianismo intimista, que no reconoce a los ritos
litúrgicos públicos su importancia espiritual” y añadió que esa tendencia
reivindicaba “la presunta mayor pureza de una religiosidad que no dependiera de
las ceremonias exteriores, consideradas una carga inútil o dañina”.
Sin embargo, el Papa recordó la
Constitución del Concilio Vaticano II Sacrosanctum
Concilium que “reafirma de forma completa y orgánica la
importancia de la divina liturgia para la vida de los cristianos, los cuales
encuentran en ella esa mediación objetiva solicitada por el hecho de que Jesucristo
no es una idea o un sentimiento, sino una Persona viviente, y su Misterio
un evento histórico”.
“La oración de los cristianos
pasa a través de mediaciones concretas: la Sagrada Escritura, los Sacramentos,
los ritos litúrgicos, la comunidad. En la vida cristiana no se prescinde de la
esfera corpórea y material, porque en Jesucristo esta se ha convertido en
camino de salvación. Podríamos decir que podemos orar con el cuerpo, el cuerpo
entra en la oración”, afirmó el Papa.
En este sentido, el Santo Padre
citó el Catecismo de la Iglesia Católica para destacar que “la misión de
Cristo y del Espíritu Santo que, en la liturgia sacramental de la Iglesia,
anuncia, actualiza y comunica el Misterio de la salvación, se continúa en el
corazón que ora”.
“La liturgia, en sí misma, no es
solo oración espontánea, sino algo más y más original: es acto que funda la
experiencia cristiana por completo y, por eso, también la oración. La
liturgia es evento, es acontecimiento, es presencia, es encuentro con Cristo”,
añadió.
De este modo, el Papa subrayó que
“Cristo se hace presente en el Espíritu Santo a través de los signos
sacramentales: de aquí deriva para nosotros los cristianos la necesidad de
participar en los divinos misterios. Un cristianismo sin liturgia es un
cristianismo sin Cristo” y agregó que “incluso en el rito más despojado,
como el que algunos cristianos han celebrado y celebran en los lugares de
prisión, o en el escondite de una casa durante los tiempos de persecución,
Cristo se hace realmente presente y se dona a sus fieles”.
“Que este pensamiento nos ayude a
todos: cuando se va a la Misa los domingos, voy a rezar en comunidad,
voy a rezar con Cristo que está presente. Cuando vamos a la
celebración de un Bautismo, por ejemplo, Cristo está allí que bautiza. ‘No
Padre esta es una idea, es un modo de decir’. No, no es un modo de decir, Cristo
está presente y en la liturgia tú rezas con Cristo que está a tu lado”,
concluyó el Papa.
Por Mercedes de la Torre
Fuente: ACI Prensa