Fátima, Knock, Cotignac, Kalisz, Montreal, conoce los lugares en los que la presencia del esposo de María ha dejado huella
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Bro. Jeffrey Pioquinto, SJ | CC BY 2.0 |
Las apariciones de la Virgen
María son muy populares y forman parte de la vida y tradiciones de los pueblos.
Sin embargo las de san José
son muy poco conocidas, y muy pocas también las reconocidas por la
Iglesia.
San José no se ha manifestado
muchas veces, y por lo general lo hizo junto a María y Jesús -la Sagrada
Familia-, muy pocas veces solo o acompañado de algún santo.
Estas son las apariciones más
importantes:
Fátima (Portugal)
Es la más famosa, el 13 de
octubre de 1917, día del “Milagro del sol”, como lo atestigua sor Lucía en
sus Memorias:
María, abriendo las manos, las
hizo reflejarse en el sol. Y mientras se elevaba, continuaba el reflejo de su
propia luz, proyectándose en el sol. Desaparecida Nuestra Señora en la inmensa
distancia del firmamento, vimos al lado del sol a san José con el Niño, y a
Nuestra Señora, vestida de blanco con un manto azul. San José con el Niño
parecían bendecir al mundo con unos gestos que hacía con la mano en forma de
cruz.
Knock (Irlanda)
El 21 de agosto de 1879 se
aparece la Virgen María en un pueblito cerca de Dublín llamado Knock. Ella
estaba de pie en actitud de oración, vestida de blanco y llevaba puesta una
corona de oro.
A un lado la acompañaba san
José con una túnica blanca con la cabeza inclinada hacia ella en señal de
respeto y al otro lado san Juan Evangelista vestido de obispo.
Los testigos también vieron un
altar rodeados con un cordero y una cruz.
Cotignac (Francia)
Esta es la única reconocida por
la Iglesia en la que san José aparece solo.
Era el 7 de junio de 1660 cerca
de la una de la tarde. Un joven pastor llamado Gaspard Ricard, apacentaba
su rebaño en el monte Bessillon.
A esas horas el calor era
agobiante y el pastor tenía mucha sed. Fue entonces que de repente ve «un
hombre a su lado», que le dice señalando una roca:
“Yo soy José; levántala y
beberás”.
Gaspard duda, se necesitaban al
menos diez hombres para levantar esa piedra. La aparición le vuelve repetir su
consejo, el pastor obedece y mueve la roca sin dificultad, donde
sorprendentemente surgió un manantial.
Más tarde en el lugar se
construyó un santuario dedicado
al santo, donde miles de fieles se acercan con fe a beber de las aguas
milagrosas del manantial.
El rey de Francia Luis XIV
decretó que, a partir de ese momento, la fiesta de san José fuera día festivo
en todo el reino de Francia. Al año siguiente, el 19 de marzo de 1661, el rey
consagró Francia a san José.
Kalisz (Polonia)
En 1670, un hombre, que sufría
mucho de una enfermedad terminal, rezó a Dios para que lo dejara morir y pidió
la intervención a san José para tener una muerte tranquila.
A la noche siguiente, un hombre
se le acercó (más tarde reconocido como san José) y le dijo:
Te recuperarás cuando mandarás a
pintar un cuadro de la Sagrada Familia con la inscripción “Vuélvete a José” y
lo ofrecerás a la colegiada de Kalisz.
Desde entonces, los fieles han
recibido muchas gracias y Kalisz se ha convertido en un gran santuario.
Montreal (Canadá)
En realidad no es una aparición.
Pero el humilde fray André recibió muchísimas gracias de san José, a quien
pedía la intercesión para la curación de tantos enfermos que acudían a él.
En su honor este religioso hizo
construir el que es hoy el santuario más grande del mundo dedicado al esposo de
la Virgen María.
Maria
Paola Daud
Fuente: Aleteia