El Papa Francisco reflexionó durante la Audiencia General de este miércoles 21 de abril sobre la oración vocal, una oración que ayuda a desactivar los “sentimientos malos que llaman a la puerta de nuestro corazón”
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El Papa Francisco durante la Audiencia General. Foto: Vatican Media |
Por esta razón, “la Sagrada
Escritura nos enseña a rezar también con palabras a veces audaces”.
El Santo Padre explicó que “la
oración es diálogo con Dios; y toda criatura, en un cierto sentido, ‘dialoga’
con Dios”.
“La Palabra divina se ha hecho
carne, y en la carne de cada hombre la palabra vuelve a Dios en la oración”,
destacó.
“Ninguno de nosotros nace santo,
y cuando estos sentimientos malos llaman a la puerta de nuestro corazón es
necesario ser capaces de desactivarlos con la oración y con las palabras de
Dios”, insistió.
En su catequesis, el Papa recordó
que “la primera oración humana es siempre una recitación vocal. En primer
lugar, se mueven siempre los labios. Aunque como todos sabemos rezar no
significa repetir palabras, sin embargo, la oración vocal es la más segura y
siempre es posible ejercerla”.
Por otro lado, “también las
gracias de la oración son imprevisibles: en algún momento las consolaciones
abundan, pero en los días más oscuros parecen evaporarse del todo”.
“La oración del corazón es
misteriosa y en ciertos momentos se ausenta. La oración de los labios, la que
se susurra o se recita en coro, sin embargo, está siempre disponible, y es
necesaria como el trabajo manual”, afirmó.
Asimismo, el Papa Francisco
explicó que “todos deberíamos tener la humildad de ciertos ancianos que, en la
iglesia, quizá porque su oído ya no está bien, recitan a media voz las
oraciones que aprendieron de niños, llenando el pasillo de susurros. Esa
oración no molesta el silencio, sino que testimonia la fidelidad al deber de la
oración, practicada durante toda la vida, sin fallar nunca”.
“Estos orantes de la oración
humilde son a menudo los grandes intercesores de las parroquias: son los robles
que cada año extienden sus ramas, para dar sombra al mayor número de personas”.
El Papa Francisco hizo hincapié
en que “a la oración vocal se puede permanecer siempre fiel. Es como un ancla
que permite amarrarse a la cuerda para permanecer ahí fieles”.
En este sentido, recomendó leer
la novela de espiritualidad cristiana “El peregrino ruso”, de cuyo protagonista
“todos tenemos que aprender de su constancia”.
El peregrino ruso de esta novela
anónima, explicó, “aprendió el arte de la oración repitiendo infinitas veces la
misma invocación: ‘¡Jesucristo, Hijo de Dios, Señor, ten piedad de nosotros
pecadores!’”.
“Es bella la historia del
peregrino ruso. Es un libro al alcance de todos. Os aconsejo que lo leáis. Os
ayudará a comprender qué es la oración vocal”, señaló.
Por tanto, “no debemos despreciar
la oración vocal. Por favor, no caigamos en la soberbia de despreciar la
oración vocal. La oración de los sencillos. Es la que nos enseñó Jesús: ‘Padre
nuestro, que estás en el cielo…’”, finalizó el Papa Francisco su catequesis.
Miguel Pérez Pichel
Fuente: ACI Prensa