10 – Abril. Sábado de la Octava de Pascua
Evangelio según Marcos 16, 9-15
Habiendo resucitado al amanecer
del primer día de la semana, Jesús se apareció primero a María Magdalena, de la
que había arrojado siete demonios. Ella fue a llevar la noticia a los
discípulos, los cuales estaban llorando, agobiados por la tristeza; pero cuando
la oyeron decir que estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron.
Después de esto, se apareció en
otra forma a dos discípulos, que iban de camino hacia una aldea. También ellos
fueron a anunciarlo a los demás; pero tampoco a ellos les creyeron.
Por último, se apareció Jesús a
los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza
de corazón, porque no les habían creído a los que lo habían visto resucitado.
Jesús les dijo entonces: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a
toda creatura”.
PALABRAS DEL SANTO PADRE
"No se puede pensar en un
cristiano inmóvil: un cristiano que permanece inmóvil está enfermo, en su
identidad cristiana, tiene alguna enfermedad en esa identidad. El cristiano es
un discípulo para caminar, para ir. (…) En el momento mismo de su despedida, el
Señor nos ordenó: 'Vayan por todo el mundo y proclamen el Evangelio'. ¡Vayan!
¡Caminen! O sea que el primer rasgo de la identidad cristiana es ir,
caminar aunque haya dificultades, y caminar superarando todas las
dificultades". (Santa Marta 14 de febrero de 2014)
Vatican News