"El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio"
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| Cardenal Marc Ouellet |
“Este Simposio busca profundizar la teología
del sacerdocio desde la base del bautismo y su desarrollo en los ministerios
particulares, en los sacerdotales, y en los carismas. Además, este Simposio
quiere estar al servicio de la comunión en la Iglesia para suscitar un
movimiento vocacional al sacerdocio y la vida consagrada”, lo dijo el Cardenal
Marc Ouellet, P.S.S., Prefecto de la Congregación para los Obispos al final de
la rueda
de prensa de presentación del Simposio Teológico Internacional "Por
una teología fundamental del sacerdocio", organizado por la Congregación
para los Obispos, que se celebrará en Roma del 17 al 19 de febrero de 2022.
Cardenal Ouellet: participación activa en la misión de la Iglesia
El Prefecto de la Congregación
para los Obispos también señaló que, "el camino de la sinodalidad es el
camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio". La sinodalidad
significa básicamente la participación activa de todos los fieles en la misión
de la Iglesia, describe la marcha unida de los bautizados hacia el Reino que se
construye diariamente en la familia, en el trabajo, así como en la vida social
y eclesial en todas sus formas. Esto requiere una vida de fe y una estrecha
colaboración entre laicos, sacerdotes, religiosos y religiosas, para el anuncio
del Evangelio al mundo a través del testimonio convincente de las comunidades
cristianas.
Cardenal Ouellet: reflexionar
sobre el sacerdocio y el bautismo
El Purpurado precisó que el
Simposio estará abierta a todos, pero destinada especialmente a los Obispos, y
a todos aquellos, hombres y mujeres, que se interesan por la teología, para
profundizar en la comprensión de las vocaciones y en la importancia de la
comunión entre las distintas vocaciones en la Iglesia. Es evidente que esta
búsqueda teológica y pastoral, subrayó el Cardenal Ouellet, no concierne sólo a
Europa o a América, sino a la Iglesia entera en todos los continentes. “Por
ello, este simposio teológico no pretende ofrecer soluciones prácticas a todos
los problemas pastorales y misioneros de la Iglesia, pero puede ayudarnos a
profundizar en el fundamento de la misión de la Iglesia”. La comprensión de la
revelación divina sobre el sacerdocio de Cristo y la participación de la
Iglesia en este sacerdocio es una cuestión crucial para nuestro tiempo. No se
trata de un tema nuevo, sino de un tema central, cuya originalidad consistirá
en establecer una relación fundamental entre el sacerdocio de los bautizados,
que el Concilio Vaticano II ha potenciado, y el sacerdocio de los ministros,
obispos y sacerdotes, que la Iglesia católica siempre ha afirmado y precisado.
Cardenal Ouellet: crear un
movimiento vocacional
Esta iniciativa es una gran
empresa que ha sido cuidadosamente preparada, pero que conlleva un margen de
riesgo en las circunstancias actuales de la pandemia. Se trata, pues, de un
acto de fe que no habríamos acometido sin una confirmación desde lo alto,
además de la urgencia de crear un movimiento vocacional tras las diversas
experiencias sinodales de los últimos años. En efecto, durante los sínodos
sobre la familia, sobre los jóvenes y sobre la Iglesia en la Amazonia, se
plantearon en toda su magnitud las cuestiones relativas al sacerdocio y a la
sinodalidad, insistiendo en la realidad del bautismo, base de todas las
vocaciones. Ha llegado el momento de prolongar la reflexión y de promover un
movimiento vocacional que facilite la puesta en común de las diversas
experiencias eclesiales en todo el planeta.
Profesor Siret: razones sobre
la justificación del celibato
En la presentación del Simposio
también participó el profesor Vincent Siret, Rector del Pontificio Seminario
Francés de Roma, en conexión remota, quien subrayó que la reflexión sobre la
teología fundamental del sacerdocio permitirá abordar las nuevas razones sobre
la justificación del celibato sacerdotal y su forma de vivirlo. Es un servicio
que se debe a quienes se preparan para recibir el sacramento del Orden, para
mostrarles las razones que justifican esa decisión y ese compromiso de vida, y
para proponerles, en consecuencia y con coherencia, el modo más adecuado de
vivir en fidelidad a este don. El equilibrio humano que se requiere para
encarar una vocación particular es ciertamente necesario, indispensable, pero
en última instancia el compromiso sólo puede basarse en una teología que sea en
sí misma justa, dando cabida a todas las vocaciones y situando la del
ministerio dentro del conjunto. La lucha contra todas las formas de abuso
clerical, cuya fuente identifica el Papa Francisco en el clericalismo, sólo
puede llevarse a cabo con claridad teológica. Esta lucha requiere no sólo una
perspectiva horizontal de correcta relación entre los bautizados, sino también
una perspectiva vertical de correcta relación con Dios y la Santísima Trinidad.
Una organización compleja e
importante
El profesor Vincent Siret también
señaló que, este Simposio, como todo el mundo sabe, requiere una organización
compleja e importante. Se ha creado una asociación, el Centro de Investigación
y Antropología de las Vocaciones, para apoyar financieramente el proyecto y
garantizar su buen funcionamiento. Los días del Simposio se dividen de manera
que se aborden los diferentes temas. Cada media jornada está presidida por un
Cardenal. El 17 de febrero se titula: Tradición y nuevos horizontes. Esta
jornada será presidida por la mañana por el Cardenal Ouellet y por la tarde por
el Prefecto de la Congregación para el Clero. Las ponencias del 18 de febrero
se agrupan en torno al trío: Trinidad, misión, sacramentalidad. La Congregación
para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos presidirá por la mañana
y la Congregación para la Educación Católica por la tarde. El sábado 19, la
Misa será presidida por la mañana por el Secretario de Estado, el Cardenal
Parolin, en la basílica de San Pedro. A continuación, los trabajos se agruparán
en el trío: Celibato, Carisma, Espiritualidad, bajo la presidencia de la
Congregación para las Causas de los Santos por la mañana y, por la tarde, la
del Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. El Papa
Francisco enviará a los participantes en misión al final de la tarde.
Profesora Tenace: el sacerdocio
ministerial y el sacerdocio común
En la rueda de prensa también
intervino la Profesora Michelina Tenace, catedrática de Teología en la
Pontificia Universidad Gregoriana. La docente ilustró los diferentes ámbitos
que formaran parte del Simposio, teniendo en cuenta el fundamento que une el
sacerdocio ministerial con el sacerdocio común de los bautizados es Cristo. Por
ello, uno de los objetivos del Simposio es reflexionar sobre la relación entre
el sacerdocio ministerial y el sacerdocio común. La cuestión que se plantea,
pues, es cómo entender con respecto al único sacerdocio de Cristo, el
sacerdocio ministerial y el sacerdocio común de los bautizados. Por lo tanto, es
importante entender por qué un simposio sobre el sacerdocio llevará a hablar
sobre el bautismo. Cuando decimos que el sacerdocio ministerial y el sacerdocio
común de los fieles se refieren al único sacerdocio de Cristo, estamos diciendo
una verdad muy ardua: estamos diciendo que hay una responsabilidad mutua entre
la comunidad de los bautizados y los sacerdotes. La falta de vocaciones
sacerdotales significa que la comunidad cristiana se ha empobrecido: no da ni
recibe sacerdotes.
La clericalización es un peligro
para los sacerdotes y fieles
Otro tema importante es la
teología de la vocación. A cada uno su vocación. Esta es la idea directriz del
Simposio: profundizar en la teología del sacerdocio, reafirmar los rasgos
esenciales de la tradición católica sobre la identidad del sacerdote,
liberándola quizás de una cierta clericalización. La clericalización es un
peligro tanto para los sacerdotes como para los fieles: identifica el
sacerdocio con el poder y no con el servicio, el ser un alter Christus en el altar
como un privilegio y no como una responsabilidad que concierne a todos los
fieles. El clericalismo se deriva de una visión aislada del sacerdote, como
alguien aislado, por encima de todos los demás. El Papa Francisco llama a
menudo la atención sobre este peligro.
El celibato es un signo profético
La cuestión del celibato debe
abordarse desde la perspectiva de la vocación. Cuando se habla de la cuestión
del celibato, hay que entender que la verdadera cuestión se refiere a la
vocación y a la formación: si uno es llamado por Dios recibe también el don de
vivir esta llamada y la formación hace estos dones conscientes y manifiestos.
Pero la formación en los seminarios se ha revelado a menudo muy escasa
precisamente en el discernimiento de la vocación y la formación en la vida de
comunión. La cuestión que se plantea es que la función sacerdotal no requiere
el celibato, pero en la tradición latina se exige debido al testimonio
profético del sacerdocio de Cristo en relación con el carácter escatológico de
la Iglesia. El celibato es un signo profético que hace del sacerdote un testigo
libre de una novedad que se manifestará en el eschaton. Otra cuestión que se
abordará es la relación con lo sagrado.
Renato Martínez – Ciudad del
Vaticano
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