Un luminoso testimonio en vídeo de la serie Contagiosos, de Juan Manuel Cotelo
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Susana diseña y vende bisutería, trabaja en el mundo de la moda... y ahora lo compagina con su fe alegre |
Ahora utiliza su amor al diseño para evangelizar, envía frases inspiradoras de Jesús y
de la Biblia en minibotellitas a sus clientes y anima a sus amigos y conocidos
a rezar, acercarse a Cristo y probar en retiros.
"Probé de
todo, muchos libros de autoayuda, meditaciones...", explica.
Pero lo que
más le dañó, dice, fue el reiki. Se estaba separando, era un momento
de especial vulnerabilidad, y conoció a "una persona encantadora que era
maestra de reiki".
Reiki: o superstición, o
invocación de espíritus
El reiki es
una técnica de la Nueva Era que dice enseñar a fluir, o controlar una
"energía" supuestamente curadora. La ciencia no detecta esa energía
(porque no existe) y la Iglesia y los exorcistas consideran que es pecado de superstición.
A partir de cierto nivel puede ser peor, especialmente cuando el reikista busca contactar
con "maestros ascendidos", o "seres de luz" que viven en
"otra dimensión". Para la Iglesia eso es invocación de espíritus, es decir, contactar con demonios, que buscan engancharse a
una persona que quiere
poder sobrenatural pero no acude a Dios. Muchos exorcistas en las últimas
décadas dicen que sus peores casos tienen
que ver con el practicantes de reiki.
Susana no detalla todo esto, pero sí dice que el horror en su vida
empezó a partir de meterse
en profundidad en el reiki. Llegó al tercer nivel, el que permite ser
maestra de otros reikistas.
"Empezaron a pasarme cosas que no me gustaban nada. Tenía pesadillas, tenía visiones, estaba triste.. Era una
sensación de vacío, de que te
falta algo, y no entiendes qué te pasa. Y así todos los días, y cada vez más y más. Yo
decía: ¡me estoy volviendo
loca!"
Una amiga de mirada
luminosa
Un día se reencontró con una amiga que tenía una mirada especial,
dulce, luminosa. "Oye, Mer, yo quiero tener tu mirada", dijo ella. "Ay, Susana, tienes que
hacer un retiro", le propuso ella, insistente y entusiasta. Y la
invitó a un Retiro de Emaús, un encuentro de amistad y oración de un fin de
semana.
Susana era reticente a ir al retiro. "Que yo ya he ido a un colegio de monjas, y a
otro de la Obra, yo eso de rezar tanto... yo ya hago mi espiritualidad a mi
manera." Pero su amiga insistió: "yo te llamo y tu vienes".
Y así fue.
En el retiro ella proponía a otras personas las cosas de
espiritualidad New Age que conocía. Nadie le predicó contra ellas en ese
momento.
Pero dice que en ese encuentro hubo un momento en que "el Señor me curó, me limpió,
me sanó". En un cuarto de hora decidió, sin que nadie se lo exigiera, sino impulsada por
Dios, dejar de lado toda la actividad de reiki y Nueva Era en la que
estaba metida.
El poder de la confesión
Habla también del momento en que pudo confesarse. "Me quedé nueva, limpia, pude
respirar. Yo tenía ansiedad, a veces me faltaba aire, no sabía por
qué. La cabeza me pesaba, los hombros me pesaban, era como si tuviera una mochila. Y ahora ya no tenía esa
mochila".
"Salí y dije: he encontrado lo que quería, ya he encontrado mi camino".
Y desde entonces, lo propone a muchos otros: "ese retiro es un spa del
alma, lo recomiendo a todos, pueden ir ateos, puede ir todo el
mundo".
Anima a todos a
acercarse a Dios
Los clientes y colegas a los que durante años les recomendaba
cursillos de reiki o Nueva Era, ahora les recomienda retiros de Emaús, rezar el Rosario, hablar con Dios, confesarse...
Con sus nuevas líneas de bisutería regala pequeñas etiquetas "con un
mensaje de Jesusito". Suena a algo pequeño, pero son palabras poderosas de Cristo que
acompañan a un objeto hermoso -pulsera, collar- que regala un ser querido.
"Te llegan al corazón", dice Susana.
"Voy a rezar
cada collar y voy a pensar en la persona", explica Susana, alegre por
poder hacer objetos hermosos y a la vez poder rezar y evangelizar con ellos.
Fuente: ReL