La apertura del Sínodo tendrá lugar, tanto en el Vaticano como en cada diócesis, en octubre de este año
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Sesión ordinaria del Sínodo de Obispos en 2015 / EFE |
La
Santa Sede ha anunciado en la mañana de hoy viernes, 21 de mayo, «un nuevo
itinerario sinodal» para la próxima Asamblea Sinodal Ordinaria del Sínodo
de los Obispos, prevista «inicialmente» para octubre de 2022 y dedicada,
precisamente, al tema de la sinodalidad. («Por una Iglesia sinodal: comunión,
participación y misión»).
La reforma, según ha explicado el
secretario del organismo, cardenal Mario Grech, en entrevista
concedida a los medios de comunicación del Vaticano, quiere partir de
la escucha de la voz del Pueblo de Dios y garantizarle «una participación más
amplia» en el «proceso decisional de la Iglesia».
El
nuevo itinerario hacia la XXVI Asamblea del Sínodo de Obispos, aprobado por el
Papa Francisco el pasado 24 de abril, establece un recorrido en «tres
fases» que transcurrirán entre octubre de 2021 y octubre de 2023, «pasando por
una fase diocesana y otra continental, que darán vida a dos Instrumentum
Laboris distintos, antes de la fase definitiva a nivel de Iglesia
Universal».
Así, pues, la apertura del
Sínodo tendrá lugar, tanto en el Vaticano como en cada diócesis, en octubre
de este año. El camino será inaugurado por el Santo Padre en el Vaticano los
días 9 y 10 de octubre. Y una semana después, el día 17, lo harán los obispos
en sus diócesis con la misma modalidad.
La primera fase, o «fase
diocesana», se desarrollará entre octubre de 2021 y abril de 2022. Su objetivo
es «la consulta del Pueblo de Dios (cfr. Episcopalis Communio, 5,2) con la
finalidad de que el proceso sinodal se realice en la escucha de la totalidad de
los bautizados, sujetos del sensu fidei infalible in credendo».
La segunda fase, «fase
continental», transcurrirá de septiembre de 2022 a marzo de 2023. En ella se
dialogará a nivel continental sobre el primer Instrumentum Laboris,
«realizando un ulterior acto de discernimiento a la luz de las particularidades
culturales específicas de cada continente».
La tercera fase, la «fase de la
Iglesia universal», acontecerá en octubre de 2023, y concluirá con la
celebración del Sínodo de los Obispos en Roma «según los procedimientos
establecidos en la Constitución
Apostólica Episcopalis Communio». Los participantes en la Asamblea
trabajarán sobre la base de un segundo Instrumentum Laboris preparado
por la Secretaría General del Sínodo.
Cardenal Grech: «No se trata de
populismo, se trata de que la Iglesia es el Pueblo de Dios»
«La primera novedad y la más
grande es la transformación del Sínodo, de evento a proceso», ha dicho el
cardenal Grech al comentar la reforma. El secretario del Sínodo recuerda que la
sinodalidad es uno de los temás «más fuertes del actual pontificado».
«El Concilio Vaticano II dice que
el Pueblo de Dios participa en la función profética de Cristo. Por esto, es
necesario escucharlo, y para escucharlo es necesario ir allí donde vive, en
las Iglesias particulares. El principio que regula esta consulta del Pueblo de
Dios, es el antiguo principio que “aquello que interesa a todos debe ser
debatido entre todos”. No se trata de democracia, ni de populismo o algo
parecido; se trata de que la Iglesia es el Pueblo de Dios, y este pueblo, por
el bautismo, es sujeto activo de la vida de la misión de la Iglesia», afirma
Grech antes de subrayar que las cuestiones sobre las que los pastores estarán
llamados a discernir al final del itinerario «son aquellas que emergieron de la
consulta, no otras».
El purpurado maltés indica
también que de este nuevo camino sinodal se pueden esperar grandes frutos en el
terreno del ecumenismo. Y recuerda: «El tema de la sinodalidad fue
debilitándose en la praxis eclesial y en la reflexión eclesiológica del
segundo milenio en la Iglesia católica. Era una práctica típica de la
Iglesia del primer milenio, continuada después en la Iglesia ortodoxa».
El Sínodo, por tanto, se
transforma. Y lo hace para dar espacio al pueblo de Dios y que todos puedan
hacer escuchar su voz.
Fuente: Revista Ecclesia