II. Una Iglesia Católica Universal
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Antioquía de Siria/Agencia Fides |
A Antioquía de Siria, una de las grandes metrópolis de Oriente, llegaron
discípulos de Jesús fugitivos de Jerusalén. En Antioquía, el universalismo de
la Iglesia se hizo realidad y allí fue, precisamente, donde los seguidores de
Cristo comenzaron a ser llamados cristianos.
La admisión de los gentiles en la Iglesia había sido una novedad difícil de
comprender para muchos judeo-cristianos, aferrados a sus viejas tradiciones. En
el año 29 se reunió el denominado concilio de Jerusalén para tratar de estos
problemas tan fundamentales.
El Apóstol Pedro, una vez más, habló con autoridad
en defensa de la libertad de los cristianos, en relación con las observancias
legales de los judíos. El «concilio», a propuesta de Santiago, obispo de
Jerusalén, acordó no imponer leyes puramente rituales de la religión judía a
los conversos gentiles. Así quedó resuelto de modo definitivo el problema de
las relaciones entre Cristianismo y Ley mosaica.
Por: Concepción Carnevale
Fuente: Catholic.net