Antes de dirigir el rezo de la oración mariana, el Papa reflexionó en el pasaje del Evangelio de San Juan que describe el milagro de la multiplicación de los panes
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El Papa Francisco en el rezo del Ángelus. Foto: Vatican Media |
El Papa Francisco invitó este Domingo 25 de julio, memoria
litúrgica de Santiago apóstol, a creer en el poder de la gratuidad para
animarse a dar con generosidad “lo poco se que se tiene” para ponerlo a
“disposición de Jesús y de los hermanos” porque “si compartes, Dios
multiplica”.
“Ánimo, da lo poco que tienes, tus talentos y tus bienes, ponlos
a disposición de Jesús y de los hermanos. No temas, nada se perderá, porque,
si compartes, Dios multiplica. Echa fuera la falsa modestia de sentirte inadecuado,
ten confianza. Cree
en el amor, en el poder del servicio, en el poder de la gratuidad”,
alentó el Santo Padre ante numerosos fieles reunidos en la plaza de San Pedro
para rezar el Ángelus.
El Santo Padre reconoció que “tampoco hoy la multiplicación de
los bienes resuelve los problemas sin una justa distribución” y lamentó “la
tragedia del hambre, que afecta especialmente a los niños”.
“Se ha calculado que alrededor de 6.000 niños menores de cinco
años mueren a diario en el mundo por motivos de desnutrición” indicó el Papa
quien añadió que “ante escándalos como estos, Jesús nos dirige también a nosotros
una invitación, una invitación similar a la que probablemente
recibió el muchacho del Evangelio, que no tiene nombre y en el que todos
podemos vernos”.
En esta línea, el Santo Padre se centró en el muchacho que ofreció
lo que tenía -cinco panes de cebada y dos peces- que “es poco, no es nada, pero
le basta a Jesús” ya que “, gracias a ese pequeño don gratuito y, por tanto,
heroico, Jesús puede saciar a todos”.
“Es una gran lección para nosotros. Nos dice que el Señor puede hacer mucho con lo
poco que ponemos a su disposición. Sería bueno
preguntarnos todos los días: ‘¿Qué le llevo hoy a Jesús?’. Él puede hacer
mucho con nuestras oraciones, con nuestro gesto de caridad hacia los demás,
incluso con nuestra miseria entregada a su misericordia”, afirmó.
Luego, el Papa reconoció que “parece una propuesta sin sentido.
¿Por qué privar a una persona, sobre todo a un muchacho, de lo que ha traído
de casa y tiene derecho a quedárselo para sí? ¿Por qué quitarle a uno lo que
en cualquier caso no es suficiente para saciar a todos? Humanamente es ilógico.
Pero no para Dios. De hecho, gracias a ese pequeño don gratuito y, por tanto,
heroico, Jesús puede saciar a todos”.
“A Dios le
encanta actuar así: hace grandes cosas a partir de las pequeñas y gratuitas”,
destacó el Papa.
En este sentido, el Santo Padre explicó que “todos los grandes
protagonistas de la Biblia, desde Abrahán hasta María y el muchacho de hoy,
muestran esta lógica de la pequeñez y el don” y agregó que “la lógica del don es muy diferente de
la nuestra” porque “nosotros tratamos de acumular y aumentar lo
que tenemos; Jesús, en cambio, pide dar, disminuir. Nos encanta añadir, nos
gustan las adiciones; a Jesús le gustan las sustracciones, quitar algo para
dárselo a los demás. Queremos multiplicar para nosotros; Jesús aprecia
cuando dividimos con los otros, cuando compartimos”.
Por ello, el Papa Francisco concluyó que “el verdadero milagro,
dice Jesús, no es
la multiplicación que produce orgullo y poder, sino la división, el compartir, que aumenta el amor y
permite que Dios haga prodigios”.
“Que la Virgen María, que dijo “sí” a la inaudita propuesta de
Dios, nos ayude a abrir nuestros corazones a las invitaciones de Dios y a las
necesidades de los demás”, rezó el Santo Padre.
Por Mercedes de la Torre
Fuente: ACI Prensa