El papel de las religiosas HAM, Medjugorje, el cambio radical en su vida...
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Mar Torres, en una reciente visita a Medjugorje. |
La ‘influencer’ Mar Torres sorprendió a sus miles de
seguidores en las redes sociales y a los medios que siguen
habitualmente sus publicaciones y movimientos con el anuncio en público de
una “brutal” conversión en
Medjugorje, donde acudió acompañada de las monjas HAM (Hijas del
Amor Misericordioso).
Junto a las HAM, jóvenes de una obra
que todavía está dando sus primeros pasos, la que fuera modelo de lencería,
nieta de uno de los mayores empresarios de España, exnovia del nieto de los
reyes Juan Carlos y Sofía, y protagonista de alguna que otra polémica.
Con apenas 22 años y una vida con
demasiados vaivenes, Mar Torres está enamorada de Dios y va poco a poco
asentando la conversión que experimentó en el pasado mes de abril. En una
entrevista con la web Jóvenes Católicos,
esta ‘influencer’ habla de esta evolución de su encuentro con Dios, sus
vivencias en Medjugorje y su relación con las Hijas del Amor Misericordioso
(HAM):
- Creo que son dos facetas
diferentes de mi vida, el hecho de haber sido portada de alguna revista no es
impedimento para que pueda tener una vida espiritual plena o que la busque.
Es cierto que la inmadurez te hace
meter la pata muchas veces sobre todo a mi edad pero creo que es algo que se va
solucionando con el tiempo, con la madurez. He metido la pata muchas veces y he
ido aprendiendo de mis errores y tengo que confesarte que en ese
proceso vi un mundo maravilloso, que era estar cerca de Dios.
-En el 2014
ya fuiste a Medjugorje, ¿qué ha sido diferente esta vez?
-Sí, fue la primera vez que fui, era
pequeña y no me di cuenta de muchas cosas. Cuando he vuelto este año en abril
mi actitud era diferente, iba dispuesta a todo lo que la Virgen me
quisiera decir, mi corazón estaba preparado y lleno de amor. Además cuando
vas con un grupo HAM aprendes mucho por qué haces ejercicios interesantísimos
que te ayudan a mantenerte cerca (sobre todo me refiero a las cartas que
hicimos el primer día y el último día a la Virgen).
Por último, y esto es una anécdota y
un aprendizaje que me di cuenta con el tiempo, porque soy de esas personas que
todo lo que me pasa lo tengo que reflexionar luego en casa como un millón de
veces es que un día estábamos mi hermana y yo en el Monte Podbrodo y le dije:
‘venga, vámonos’ y ella me dijo: ‘espera, quiero descansar un rato aquí con la
Virgen’. Yo me quedé pensando, la mire y vi tal paz en ella que hice lo mismo.
Total que al rato mi hermana me propuso irnos y le dije: ‘no, ahora te esperas
que soy yo la que estoy descansando con la Virgen’. Sentí una sensación de paz
increíble, algo que nunca había sentido antes, y me bajé toda la montaña sin
hablar, quería silencio absoluto. Era maravilloso el silencio.
He de decir
que Medjugorje es tan especial porque ocurren estas cosas.
-¿Cómo
hoy mantienes viva la fe? y ¿quién es María para ti en el día a día?
-Ahora mismo para mí es muy
importante la ayuda de la comunidad para mantener viva mi fe, aún
estoy en una fase de aprendizaje, de principiante, y necesito el apoyo del
grupo que además de enseñarme hace que la experiencia sea más bonita, ya que
compartes todo con ellos y ellos contigo. Si fuera sola creo que acabaría
abandonando.
Me suena mal decir María, tengo que
decírtelo, para mí es mi madre del cielo, la madre de Jesús y Reina de la paz.
-Tú sabes
que vivir la fe hoy es muchas veces ir contracorriente. ¿Has tenido que decir
que no a muchas propuestas? ¿Qué le dirías a la gente joven que sólo busca el
placer por el placer? Y ¿A esas chicas que sólo buscan cuidar su imagen por
encima de cualquier otra prioridad?
-Por supuesto he tenido que decir
que no a muchísimas cosas y al principio fastidia un montón pero luego ves los
frutos de esa decisión y te sientes muy feliz y empoderada porque has sabido
renunciar. Pero hay que intentar ser constante y eso es lo más complicado.
Siempre lo digo, el placer por el placer es un momento y la felicidad
es para siempre.
Veo esta última pregunta que me
haces y me da un poco de escalofrío porque la verdad es que me recuerda a mi
‘antes’, cuando llevaba ese tema al extremo y no sabía muy bien por qué lo hacía
pero lo necesitaba, era lo único que me hacía feliz. Pero creo que el problema
de todo esto es que esas personas, entre las que me incluyo porque ya me
pasó, tienen una mochila que les pesa mucho y tarde o temprano esa
mochila acaba rompiéndose.
-Seguro que
eres consciente que el ambiente en el que a veces te mueves no es el mismo que
el de las HAM. Ahí sí que eres un poco un Robinson Crusoe de la Fe, ¿cómo lo
consigues?
- No pretendo ser una heroína, mi
fe la llevo de manera personal, con sencillez y es algo muy esencial para mí. Es
como un regalo que me ha dado Dios y que sé que debo cuidar y que me ayudará a
tener una actitud determinada ante la vida.
-¿Te da
vergüenza que te identifiquen con el mundo católico?
-En absoluto, para mí es
algo tan bonito y con tanto amor hacia Dios que no tengo por qué avergonzarme
de ello, además que me ha cambiado la vida en muchos aspectos.
Fuente: ReL