Los tormentos de un pontífice, manifestados en una carta que permaneció inédita hasta hace pocas semanas
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Estamos a principios de la década de los 70’s. Son tiempos
agitados en el mundo y en la Iglesia. Vivimos la inmediata época post
conciliar. El papa Pablo VI escribe una carta que permanecerá inédita hasta
2018, cuando el contenido es revelado en el libro «La barca di Paolo» («La
barca de Pablo»), del sacerdote Leonardo Sapienza, regente de la Casa
Pontificia.
Es el 29 de
junio de 1972. Pablo VI tiene cada vez más la clara impresión de que existe
algo de profundo y de negativo que aflige a la Iglesia crecientemente. El
camino de la secularización y la falta de unidad interna están volviéndose dos
grandes problemas para la Iglesia en el mundo entero.
«…Diríamos que, por alguna rendija misteriosa – no, no es
misteriosa; por alguna rendija, el humo de Satanás entró en el templo de Dios.
Hay duda, incertidumbre, problemática, inquietud, insatisfacción,
confrontación».«Ya no se confía en la Iglesia. Se confía en el primer profeta
pagano que vemos que nos habla en algún periódico, para correr detrás de él y
preguntarle si tiene la fórmula para la vida verdadera. Entró, repito, la duda
en nuestra conciencia. Y entró por las ventanas que debían estar abiertas a la
luz: la ciencia».
Nubes de tempestad
Se sienten las
llagas en el post concilio:
«…Se creía que, tras el Concilio, vendrían días soleados para
la historia de la Iglesia. Vinieron, sin embargo, días de nubes, de tempestad,
de oscuridad, de búsqueda, de incertidumbre… Intentamos cavar abismos en lugar
de taparlos…»
Terror y éxtasis
Que el Papa no
estaba tranquilo, se percibe también por otro pensamiento que él había escrito
ocho días antes, el 21 de junio de 1972. El título, por sí mismo, ya es
perturbador: «El terror y el éxtasis».
Tal vez el Señorme haya llamado a este serviciono para que tome
ninguna actitud,o para que gobierne y salve a la Iglesia de sus dificultades,sino
para que sufra algo por la Iglesiay quede claro que es Él, y nadie más,quien la
guía y quien la salva.
21 de junio de
1963: exactamente nueve años antes de escribir este pensamiento, Giovanni
Montini era electo Papa. Y, al respecto, había escrito:
«…Espero que todos crean cuando digo que no sólo nunca aspiré como
ni siquiera formulé la hipótesis de ser elegido para este formidable oficio…»
Años después,
en una conversación en el turbulento 1968 con el escritor francés Jean Guitton,
su amigo, el Papa confiaba:
«…Yo tuve el terror y el éxtasis de haber sido elegido…»
Una vez
aceptado el peso del pontificado, Pablo VI le consagró todas las fuerzas, en
medio de los incontables obstáculos que, a él y a cualquier otro pontífice,
habrían hecho, ciertamente, pensar en la renuncia.
Es gravemente
pesada la carga del Vicario de Cristo, porque es la carga del pastor llamado a
dar la vida por sus ovejas. Oremos por el Papa y por la Iglesia, bajo las nubes
de la tempestad.
Gelsomino del Guercio
Fuente: Aleteia