El papa Francisco empuja por un cambio de mentalidad, considera que los jóvenes no son el futuro, sino el presente de la Iglesia
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Antoine Mekary | ALETEIA |
El papa Francisco lanzó un
mensaje conciso y contundente a los jóvenes para que no sean “aburridos”.
Después de la audiencia general de este miércoles, 1 de septiembre, el Papa
encontró a un grupo perteneciente a la pastoral juvenil de Sevilla, España.
Bromeó con ellos, rezó y les
pidió dar un mensaje a sus coetáneos a través de un video que vuela en redes
sociales: “Lo que me revienta son los jóvenes aburridos. Por favor Muévanse,
hagan lío, y si se equivocan, mala suerte, se levantan y siguen adelante”.
En esa misma audiencia había
alertado sobre el peligro de los predicadores fundamentalistas: “No se dejen encantar por la
voz de las sirenas que quieren llevarlos a una religiosidad basada únicamente
en la observancia escrupulosa de preceptos”. A los jóvenes no les gustan los
formalismos, por eso el Papa les invita a una libertad plena en el tesoro y la
belleza de la novedad de Cristo.
La esperanza del Papa en los jóvenes
Precisamente, en el nuevo Video del Papa de septiembre, Francisco hace un
contundente llamado a cuestionar los estilos de vida que llevamos y el modo en
que utilizamos los bienes del planeta y hace un llamamiento en primer lugar a
los jóvenes. Porque no son ellos el futuro, sino el “presente”.
También en este mes de
septiembre, mes del Tiempo de la Creación, el Papa pone su esperanza
en “los jóvenes que tienen valor de emprender proyectos de mejora
ambiental y mejora social”, les llama a cuestionar el modo en que vivimos y
usamos los bienes materiales del planeta –“a menudo perjudiciales para la
Tierra”– y pide cambiar para avanzar “hacia estilos de vida más sencillos y
respetuosos del medio ambiente”.
Los predicadores fundamentalistas
de hoy confunden a los jóvenes profesando “preceptos” para aspirar a la
perfección, olvidando la gratuidad de la “salvación”, parafraseando al
Papa.
Cabe recordar que el Papa ha
dedicado a los jóvenes durante su pontificado gran parte de su magisterio; cabe
solo mencionar el sínodo de 2018 y la publicación de la exhortación apostólica
postsinodal Chistus Vivit.
A continuación tres claves para
no hayan jóvenes “aburridos” o sean la llamada “juventud del sofá”.
Raíces
En este sentido, el llamado del
Papa es a una esperanza concreta y que incide en la vida de los jóvenes. Para
el Papa es importante que los jóvenes tengan “raíces”, es decir, es estar
conectado a una historia, a una familia, a una cultura, a unos amigos, a unos
abuelos y mayores a los que hay que escuchar, aunque no siempre seguir.
El Papa no hace una adoración de
la juventud, porque sería apoyar la superficial “que confunde la belleza con la
apariencia”. Mejor les invita a que “sepan descubrir que hay hermosura en el
trabajador que vuelve a su casa sucio y desarreglado, pero con la alegría de
haber ganado el pan de sus hijos”.
“Hay una belleza extraordinaria
en la comunión de la familia junto a la mesa y en el pan compartido con
generosidad, aunque la mesa sea muy pobre. Hay hermosura en la esposa
despeinada y casi anciana, que permanece cuidando a su esposo enfermo más allá
de sus fuerzas y de su propia salud” (Cap 6 – Idem).
Encuentro
Por ello, el Papa ha dedicado
mucho tiempo a la instrucción de una pastoral de los jóvenes inclusiva,
participativa y volcada al encuentro con Cristo. El Papa afirma: “se está
creciendo en dos aspectos: la conciencia de que es toda la comunidad la que los
evangeliza y la urgencia de que ellos tengan un protagonismo mayor en las
propuestas pastorales”.
El Obispo de Roma anima a
encontrar nuevos caminos, y “les ofrezcan, a los jóvenes, un lugar donde
no sólo reciban una formación, sino que también les permitan compartir la vida,
celebrar, cantar, escuchar testimonios reales y experimentar el encuentro
comunitario con el Dios vivo” (cap.7 Idem).
Servicio
El Papa considera que lo
fundamental es discernir y descubrir que lo que quiere Jesús de cada joven, que
“es ante todo su amistad”. En esa amistad, considera, “Somos llamados por el
Señor a participar en su obra creadora, prestando nuestro aporte al bien común
a partir de las capacidades que recibimos”.
En este sentido, el Papa advierte
que «el clamor de la Tierra y el clamor de los pobres son cada vez más graves y
alarmantes”. Por eso, llama especialmente a los jóvenes católicos a tomar «una
acción decisiva y urgente para convertir esta crisis en una oportunidad».
La vocación, por ende, “es un
camino que orientará muchos esfuerzos y muchas acciones en una dirección de
servicio. Por eso, en el discernimiento de una vocación es importante ver si
uno reconoce en sí mismo las capacidades necesarias para ese servicio
específico a la sociedad” (cap. 8 – Idem).
En fin, el Papa sabe que los
jóvenes sufren los golpes, los fracasos, pero les llama a dar la mano a Jesús
que se hace presente “para ofrecerles su amistad, su alivio, su compañía
sanadora, y la Iglesia quiere ser su instrumento en este camino hacia la
restauración interior y la paz del corazón” (83 ídem).
Ary
Waldir Ramos Díaz
Fuente: Aleteia