Los jóvenes brasileños de 23 y 24 años, Ana Paula y Victor sintieron esa inspiración durante la misa
Ana Paula Meriguete / Arquivo Pessoal (Reprodução Redes Sociais) |
Ana Paula, de 23 años,
afirmó en una entrevista a la TV Gazeta:
“Empezamos
a rezar para ver lo que Dios quería de nosotros. Y, al rezar, empezamos
a tener varias confirmaciones. No fue solo una acción solidaria. Para
mí, fue conmovedor de principio a fin. Cuando entró la primera familia,
nos emocionamos mucho. Y yo se que fue muy importante y emocionante para
ellos también. Renuncié a algo a cambio de la paz que Dios dejó en mi
corazón».
Victor, de 24, añade:
“Durante
la cena, los niños e incluso los padres de ellos nos venía a abrazar y
a felicitar. Vivimos aquello realmente como nuestra fiesta de bodas.
Recibimos mucho más de lo que damos. Salimos de ahí llenos. Cuando terminó
la cena, nos miramos el uno al otro y fue una sensación de realización. El
sentimiento es de gratitud».
La inspiración vino
durante una misa en que se entonó «O meu Reino tem muito a dizer» (Mi Reino
tiene mucho que decir), de J. Thomaz Filho y Frei Fabreti. Un
pasaje del canto, evocando el evangelio de Lucas, dice:
“Si
una cena quieres proponer / no invites amigos, hermanos y otros más
/ Sal a la calle y busca a quien / no pueda recompensarte / que tu gesto
será recordado por Dios».
Si al principio la pareja
se topó con alguna resistencia de amigos que pensaban que la idea era «una
locura», cada vez más personas se apresuraron a ayudarlos a medida que el
tiempo pasaba y se sentían inspirados por la iniciativa.
Victor comenta:
“Empezamos
a sumar fuerzas. Los amigos llevaron la música en vivo, una empresa prestó sus
sillas, otras los manteles, la decoración, los voluntarios. Conseguimos
personas para ayudar a preparar la cena. Al final, conseguimos algo
mucho mejor de lo que esperábamos».
Como admiten los
filósofos, “el bien se difunde a sí mismo». ¡Ayudemos a difundir cada vez más
el bien!
Basado en el artículo de Sempre Família
Fuente:
Aleteia