Llega el 26 de septiembre como parte de su peregrinación por Europa y España para preparar la JMJ Lisboa 2023
Foto: Reuters/Gianpiero Esposito |
Dos tablones cruzados, de 3,8
metros de altura y 1,75 de ancho, que no son un simple trozo de madera, «sino
una cruz que todos los días debemos llevar con nosotros». Así se expresaron los
jóvenes en el jubileo del año 2000 sobre la cruz de la JMJ, también conocida
como la cruz peregrina o la cruz de los jóvenes. Una cruz que es la señal del
cristiano, signo del seguimiento a Cristo, de amor, de paz, de reconciliación,
y que ha viajado por el mundo entero, de mano en mano, de país en país, de
generación en generación.
Este próximo 26 de septiembre llegará a Madrid como parte de su peregrinación por Europa y España para preparar la JMJ Lisboa 2023, y la diócesis se engalana para recibirla al coincidir además con el décimo aniversario de la JMJ Madrid 2011.
La delegada percibe estos días
una sensibilidad especial a la acogida de la cruz, algo que corrobora Luis
Melchor, director del Secretariado de Infancia y Juventud de la Delegación
Episcopal de Jóvenes. Para los jóvenes de hace diez años, que vivieron aquel
encuentro, «está avivando mucho el recuerdo» de aquellos días y les está
ayudando «a transmitir la experiencia y la alegría de aquella JMJ». Mientras,
los jóvenes de ahora, que entonces eran niños, «están expectantes» ante algo
que no conocieron pero que les despierta mucha curiosidad, y que les lleva a
preguntar a los que sí lo vivieron. La delegada apunta que además la cruz «nos
abre el camino de la próxima JMJ, nos dispone casi a coger la mochila y esto
para los jóvenes tiene mucho de aventura, de ilusión».
Acercarse a las cruces de los
hombres
La cruz de la JMJ llegará a
Madrid, procedente de Loyola, el domingo 26 de septiembre. Recalará en la
parroquia Santa Teresa de Jesús de Tres Cantos, en la que es párroco Luis
Melchor, a las 22:00 horas. «Tendremos un acto de acogida, y después turnos de
oración hasta la Misa de 10:00 del lunes 27». Así, el templo permanecerá
abierto durante toda la noche para todos aquellos que quieran acercarse a rezar
ante la cruz.
El día 27 será un día de la
caridad y de la vida que se desarrollará en torno al lema La cruz de la
JMJ cerca de los que sufren, con actos todos presididos por el arzobispo de
Madrid, cardenal Carlos Osoro. «La clave de ese día es que la cruz visitará a
los que no pueden ir a visitarla», explica Melchor. Así, se trasladará a la
cárcel de Soto del Real a ver a los encarcelados, donde habrá una celebración
de la Palabra; a la clínica los Camilos a ver a los enfermos y a los ancianos,
«que tienen mucho de cruz en su vida», que orarán ante ella, y ya a última hora
será trasladada a la Cañada Real Galiana, «para que los pobres la reciban»,
donde se celebrará una vigilia con antorchas.
Como subraya Moreno, es hacer
presente la misericordia de Dios, que llega a todos, también a quienes viven
privados de libertad, en la cárcel; es llevar al Señor de la vida a acompañar a
las vidas enfermas y terminales, y es la cruz que se acerca «a los crucificados
de nuestro tiempo» en las barriadas de exclusión social. Es, en definitiva, «el
día en que los jóvenes ofrecerán a estas realidades el sentido más profundo de
la cruz». Además de los jóvenes, en la visita a Soto estará presente la
Pastoral Penitenciaria; en los Camilos, la de la Salud y la de Familia y Vida,
y en la Cañada, Cáritas y la de Desarrollo Humano Integral. Igualmente
participarán los responsables de las correspondientes áreas de la Conferencia
Episcopal.
El colofón final del día 1 de
octubre
Al finalizar el acto de la Cañada
Real, se ofrecerá la cruz a jóvenes de Getafe, que la llevarán hasta su
diócesis; allí permanecerá el 28 de septiembre. El miércoles 29 por la mañana,
la cruz peregrina estará en la sede de la Conferencia Episcopal, y por la tarde
será trasladada al Arzobispado Castrense. El día 30 se celebrará una Eucaristía
de acción de gracias por la JMJ Madrid 2011, en la que están inivitados de
manera especial voluntarios y trabajadores de aquellos días. Será a las 20:00
horas en la parroquia San Juan de la Cruz (plaza de San Juan de la Cruz, 2) y
estará presidida por el monseñor José Cobo, obispo auxiliar de Madrid.
Finalmente, el 1 de octubre se
producirá el colofón de esta peregrinación de la cruz de la JMJ por
Madrid. Durante el día, permanecerá expuesta en Santa María la Real de la
Almudena. Por la tarde se trasladará a la explanada de la catedral, donde a
partir de las 20:00 se celebrará el festival Los jóvenes con la cruz de la
JMJ. Habrá en primer lugar una peregrinación por todo el perímetro con la cruz,
con una oración ante ella de todas las realidades de la diócesis en clave de
comunión eclesial y sinodal.
Seguirá con un concierto
testimonio de Grilex, Paola Pablo, Toño Casado, Hakuna, María Valongo y Jesús
Cabello. Con este acto «agradecemos la vida«, explica Laura, «que podamos
volver a reunirnos, siempre cuidándonos». Y concluirá con la vigilia de jóvenes
de los primeros viernes de mes. El acto será previa inscripción, respetando todas las medidas de
seguridad ante el coronavirus, y también podrá seguirse por el canal de YouTube del
Arzobispado.
Durante este gran evento del 1 de
octubre, el cardenal Osoro bendecirá una réplica de la cruz de la JMJ que
peregrinará por las distintas vicarías de la diócesis hasta el 21 de noviembre,
solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo. El día 3 de diciembre, en la
vigilia de jóvenes, se clausurará de forma oficial la peregrinación de la cruz
de la JMJ por la diócesis de Madrid.
37 años peregrinando por el mundo
Luis Melchor asegura que la mejor
forma de preparar espiritualmente la visita de la cruz de la JMJ a Madrid es
conocer su historia. Porque, además, no es la primera vez que está en la
archidiócesis. En 2003, en su camino a la JMJ Colonia 2005, la cruz presidió el
encuentro de los jóvenes con el Papa san Juan Pablo II en Cuatro Vientos y la
Eucaristía y ceremonia de canonización en Colón del padre Pedro Poveda, sor
Ángela de la Cruz, el padre José María Rubio, la madre Maravillas y sor
Genoveva Torres. Aunque ya había venido a España en 1989, para la JMJ de
Santiago de Compostela.
Los orígenes de la cruz peregrina
que llegará a Madrid se remontan al Año Extraordinario de la Redención,
celebrado entre 1983 y 1984. A su comienzo, el Papa san Juan Pablo II instaló
junto al altar de San Pedro una cruz que permaneció allí todos los días del
jubileo. Con origen en Noruega, el Papa quiso que fuera alta para que todo el
que acudiera pudiera verla.
Al concluir aquel año, el santo
polaco se la entregó a los jóvenes del mundo representados en una delegación
del Centro Internacional Juvenil San Lorenzo de Roma, que él mismo había puesto
en marcha en 1983. «Queridos jóvenes –les dijo–, al clausurar el año santo os
confío el signo de este año jubilar: ¡la cruz de Cristo! Llevadla por el mundo
como signo del amor del Señor Jesús a la humanidad y anunciad a todos que solo
en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención». Estas palabras, en
varios idiomas, están grabadas en una placa incorporada al madero. Por tanto,
«la cruz es un regalo de Juan Pablo II que conlleva una misión», destaca Luis
Melchor.
Los jóvenes acogieron esta
invitación del Papa y desde entonces la cruz ha recorrido más de 90 países de
los cinco continentes. Ha sido trasladada en avión, barco, trineos, grúas,
tractores, barcos de vela y de pesca… Ha visitado parroquias, cárceles, centros
de detención de jóvenes, escuelas, universidades, monumentos históricos,
centros comerciales, parques. Ha llevado consuelo a poblaciones sufrientes,
como la visita que hizo a la zona cero de Nueva York tras los atentados del 11S
o Ruanda, Burkina Faso y tantos países de África que viven genocidios,
persecuciones, pobreza. Y ha hecho parada en varias ocasiones en santuarios de
la Virgen, como en Lourdes.
La sede oficial de la cruz de los
jóvenes es el Centro San Lorenzo de Roma. Los viernes, de 15:00 a 16:30 horas,
la sacan en procesión hasta la plaza de San Pedro para dar testimonio de la
cruz como signo de salvación para el mundo.
Los Papas sucesivos se han
referido en muchas ocasiones a ella en los encuentros con los jóvenes. El Papa
Francisco, en el vía crucis en la playa de Copacabana durante la JMJ de Río
2013, dijo: «Nadie puede tocar la cruz de Jesús sin dejar en ella algo de sí
mismo y sin llevar consigo algo de la cruz de Jesús a la propia vida».
Benedicto XVI recordó a los jóvenes en Madrid 2011, tras el traspaso de la cruz
a los brasileños, que Cristo «quiere que seáis sus apóstoles en el siglo 21 y
los mensajeros de su alegría». Y el Papa san Juan Pablo II, en 1993, animó a
quienes acudieron a la JMJ de Denver: «Seguid la cruz peregrina, andad en busca
de Dios, porque podéis encontrarlo también en el corazón de una ciudad
moderna». Como Madrid.
Begoña Aragoneses
Fuente: Alfa y Omega