La llamativa presencia de un religioso español en Nablús no ha impedido que haya sido recibido con gran alegría por su nueva feligresía
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| El padre Miguel Jiménez en su toma de posesión como párroco en Nablús |
Un joven sacerdote español en el corazón de Palestina. El padre Miguel Jiménez tiene tan
sólo 30 años pero a su edad es ya el párroco de Rafidia, un barrio con una
importante presencia cristiana de la ciudad de Nablus, ciudad situada en el
norte de Cisjordania.
A finales de agosto, este sacerdote nacido en Murcia en 1991 tomó posesión de su nuevo
cargo de párroco donde realizará una labor pastoral fundamental entre la
minoría cristiana y en una zona que vive constantemente el conflicto y la
inestabilidad social.
Perteneciente al Camino Neocatecumenal, al sentir la llamada al sacerdocio fue enviado por sorteo
al Seminario Redemptoris Mater de Galilea, en el que fue ordenado en el año
2018. Desde entonces realizó su labor pastoral como sacerdote diocesano del
Patriarcado Latino de Jerusalén en una parroquia de Jordania hasta que monseñor
Pizzaballa decidió recientemente trasladarlo a Cisjordania.
La misa en la que tomó posesión fue presidida por Monseñor Boulos Marcuzzo,
Vicario Patriarcal Latino para Palestina, y concelebrada por el Arzobispo de
Túnez, Monseñor Ilario Antoniazzi. A la celebración también asistieron el padre
Davide Meli, canciller del Patriarcado Latino, las Hermanas del Rosario, las
Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa y los feligreses de Rafidia.
Tal y como recoge el Patriarcado Latino de Jerusalén,
al inicio de la ceremonia, en la entrada principal de la iglesia, el obispo
Boulus Marcuzzo entregó la
llave de la iglesia de San Justino al padre Miguel, quien a su vez bendijo
la puerta con incienso y agua bendita. Dentro de la iglesia, el padre Davide
leyó el decreto de nombramiento. A continuación, el Vicario Patriarcal entregó
al nuevo pastor tres objetos que representan su nueva misión: la estola, que
colocó sobre sus hombros como signo del ministerio sacerdotal del Buen Pastor,
el leccionario como signo del ministerio de la Palabra de Dios , y finalmente
la llave del tabernáculo que simboliza la gracia de dar el sacramento de la
Eucaristía.
En su homilía, el obispo Marcuzzo habló de la hermosa coincidencia
que une el lugar de la celebración y la primera lectura de la Biblia, el relato
del recogimiento de Josué y las tribus en Siquem, donde se conformaron a los
mandamientos de Dios.
El Vicario Patriarcal también ha destacado la importancia de la celebración que
tuvo lugar en presencia de cristianos pertenecientes a la Iglesia primitiva y
que tienen un mensaje de esperanza para todos, siendo la luz, la sal y la
levadura de la que habla Jesús en el Evangelio.
Después de la misa, los feligreses felicitaron al padre Miguel, que se
dirigió a los presentes y les agradeció su presencia. El padre Miguel,
acompañado por el obispo y el clero, dedicó un tiempo para visitar a los residentes de una casa de retiro
administrada por las Misioneras de la Caridad. También visitaron la Iglesia Greco-Católica y el
Padre Manuel Moussallam, sacerdote jubilado del Patriarcado Latino, en su casa
de Birzeit.
Fundación
Tierra Santa
Fuente: ReL






