Al reflexionar sobre los dolores de la Santísima Virgen María, conviene que también nosotros nos asomemos al aspecto sobrenatural
Dominio público |
Con motivo de la Solemnidad de Nuestra Señora de los Dolores,
celebrada el 15 de septiembre, el sacerdote colombiano Fray Nelson Medina
explicó cuáles son los siete dolores de María, y qué lección nos enseñan a los
católicos en la actualidad.
Fray Nelson Medina, dominico Doctor en Teología, compartió en su
cuenta de YouTube un video en
el que invita a los católicos a recordar que el dolor de la Madre de Dios al
ver a su Hijo en la Cruz va más allá del sufrimiento por sus dolores físicos.
El sacerdote inició diciendo que “hoy nuestra Iglesia recuerda a
la Santísima Virgen María en el misterio de su dolor”.
Fray Nelson aseguró que, si bien es bueno acompañar a María en su
sufrimiento por los dolores físicos de su Hijo, no “podemos quedarnos en los
aspectos puramente naturales, que son válidos”, sino más bien meditar sobre los
dolores “invisibles”.
Para explicarlo, recordó que “en la Pasión de Cristo lo más
visible es el dolor físico: sus manos, su costado, sus azotes, las espinas,
pero el dolor más profundo del Señor era invisible, en la medida que era el
dolor de su corazón, el dolor ante el pecado del mundo”.
“Por eso, al reflexionar sobre los dolores de la Santísima Virgen
María, conviene que también nosotros nos asomemos al aspecto sobrenatural, que
es el más profundo y que es el más fecundo del dolor de María”, subrayó.
A continuación, los siete dolores:
1. Ver que Dios ha sido y sigue siendo ofendido
El primer gran dolor de María es “ver que Dios es ofendido con el
pecado, pecado descarado, pecado cínico, pecado arrogante, como a veces
encontramos también en nuestra época”, dijo.
2. Ver el rechazo a la Palabra de Dios
Su segundo dolor fue ver cómo las personas rechazan las palabras
de su Hijo. “Nadie pudo ofrecerla mejor que Jesús, pero su palabra ha sido
rechazada. La sordera a la Palabra de Dios es un dolor espantoso”, señaló.
3. Darse cuenta de que la gente es manipulable
El tercer dolor de la Madre de Dios se relaciona con la facilidad
con la que las personas son manipulables. “Es decir que nuestras raíces en Dios
son tan tenues, que llega alguien y empieza a gritar: ¡Crucifícalo! Y todos
repiten: ¡Crucifícalo! Es decir, la gente es manipulable, no tenemos raíz
profunda en el Señor”, dijo.
4. Darse cuenta que hay placer en la crueldad
Fray Nelson lo calificó como un dolor “muy fuerte”, pues María
“recuerda cómo en la Pasión de Cristo algunos se burlaban de Él [...] Él dice:
‘Tengo sed’, y le pasan vinagre. Es la crueldad, es el morboso placer de tener
absoluto poder sobre todo ser humano”, dijo.
5. Darse cuenta que la humanidad es voluntariamente ciega
Fray Nelson dijo que se admira cómo “en nuestra época”, gracias al
internet existen muchas “oportunidades de formarse, de crecer en la fe”, pues
la red ofrece cantidades de “predicaciones útiles, cursos, retiros”.
Sin embargo, dijo que si bien miles las ven, la mayoría no las
aprovecha. “Miras lo que tiene que ver con la diversión, con el entretenimiento
y no son miles, son millones. Es decir, donde está el pan bueno, hay muy pocos
que quiere comer”, señaló
6. Ver que los amigos fallan a la hora de la prueba
Fray Nelson recordó que no se trata solamente del dolor humano de
la traición de un amigo, “sino porque se suponía que eran amigos de Dios.
Estamos hablando de los discípulos”. El dolor de María es ver cómo “rompemos
con una facilidad impresionante”, nuestra alianza con Dios, dijo.
7. Ver al demonio disfrutar con el dolor
El último sufrimiento de María, que “seguramente no fue el menor
de los dolores”, fue ver cómo el demonio “se muestra poderoso, se muestra
fuerte”, verlo “mostrando su garra, escuchar su asquerosa carcajada”, señaló.
Finalmente, Fray Nelson compartió una enseñanza que aprendió hace
casi 30 años sobre los dolores de Nuestra Madre, que pueden ayudarnos en
nuestra vida cristiana.
Aseguró que si bien “los siete dolores sobrenaturales que cayeron
sobre el corazón de María como siete espadas” son “terribles”, ella los venció
con la gracia de Dios.
“Ella, como nos dice el Evangelio de Juan, permaneció de pie junto
a la cruz. Esa es María, esa es la Madre de Jesucristo y ese es el mejor modelo
de vida cristiana que podemos encontrar”, concluyó.
Por Cynthia Pérez