29 – Octubre. Viernes de la XXX semana del Tiempo Ordinario
| Misioneros digitales católicos MDC |
Evangelio
según san Lucas 14, 1-6
Un sábado,
entró él en casa de uno de los principales fariseos para comer y ellos lo
estaban espiando. Había allí, delante de él, un hombre enfermo de
hidropesía, y tomando la palabra, dijo a los maestros de la ley y a los
fariseos: «¿Es lícito curar los sábados, o no?». Ellos se quedaron
callados. Jesús, tocando al enfermo, lo curó y lo despidió. Y a ellos les
dijo: «¿A quién de vosotros se le cae al pozo el asno o el buey y no lo saca
enseguida en día de sábado?». Y no pudieron replicar a esto.
Comentario
El Señor
convive con todo tipo de personas. Acepta la invitación al banquete que Zaqueo
organizó justo después de su conversión. También se reúne con un grupo más
estrecho de amigos, como Marta, María y Lázaro en Betania. Y no deja de
aceptar, incluso, las invitaciones a la casa de fariseos, como vemos en el
Evangelio del día de hoy.
En la acción
de Cristo vemos cómo la caridad nos dirige hacia la persona concreta. Nos da
esa mirada sencilla, que no se deja atrapar por prejuicios o ideologías que con
frecuencia oscurecen las necesidades reales de los demás. La caridad nos hace
conectar con las personas y entrar en su mundo interior. Una vez realizada esa
conexión, es mucho más fácil y natural encontrar solución a las situaciones
problemáticas que puedan atravesar. Por eso, san Josemaría decía: «Más que en
"dar", la caridad está en "comprender"» (Camino, 463).
Rodolfo
Valdés
Fuente: Opus
Dei





