Habla sobre la inquisición indiana, la esclavitud o el controvertido nacimiento de España
María Saavedra |
Con motivo de las
efemérides que se celebraron entre el 7 de octubre de 2021 -el 450º aniversario
de la batalla de Lepanto- y el día de la Hispanidad este día 12, Instituto
Lepanto organizó este verano un ciclo de conferencias para conmemorar estos dos
episodios.
María Saavedra, invitada principal, conversó extensamente sobre la Hispanidad y
su misión evangelizadora, uno de los temas en los que más ha
profundizado. Es directora de la Cátedra Internacional CEU Elcano y ha
escrito multitud de publicaciones y libros, entre ellos La forja del
Nuevo Mundo: huellas de la iglesia en la América española o Tan
iguales, tan diferentes. La construcción de la identidad iberoamericana. A
lo largo de la conferencia, refutó ante decenas de
asistentes la refutación de 10 mentiras sobre la hispanidad y su
legado.
1º Los visigodos y el controvertido nacimiento de España
Frente a una corriente
cada vez más extendida que pretende retrasar el origen de España, Saavedra
no dudó en afirmar que “como unidad política independiente, nace con los
visigodos”.
A su juicio, España no
nace con los Reyes Católicos, casi de forma simultánea al propio descubrimiento
–“descubrimiento, si, y no encuentro”, afirma– de América. “Los visigodos
crean un ente político que es independiente, que se llama España, que tiene
capital en Toledo y que tiene conciencia de ser algo. Hay una lengua, el latín,
y una religión, el arrianismo, que fue sustituido por la religión de la inmensa
mayoría de los habitantes peninsulares”.
“Hay una realidad que
existe”, confirma Saavedra, “y existe antes de que el año 711 los
musulmanes invadan la península aprovechando las guerras civiles
internas”.
2º La realidad española pervivió a la conquista islámica
En la misma línea, la
historiadora continuó refiriéndose a la “conquista islámica”. “Invadieron y
construyeron al-Ándalus, pero sobre algo que ya existía, y pese a que
permeó muchas de las realidades que existían, sigue subyaciendo la realidad
española, la conciencia de pertenecer a algo que nos ha sido arrebatado”.
Citando el De Laude Hispaniae/Spaniae de San Isidoro, la historiadora
encuentra “muchos datos que nos hacen ratificar esta idea de la existencia de
España”.
“Tú eres, oh España, sagrada y madre siempre feliz de príncipes y de
pueblos, la más hermosa de todas las tierras que se extienden desde el
Occidente hasta la India. Tú, por derecho, eres ahora la reina de todas las
provincias, de quien reciben prestadas sus luces no sólo el ocaso, sino también
el Oriente… Tu eres el honor y el ornamento del orbe y la más ilustre porción
de la tierra en la cual grandemente se goza y espléndidamente florece la
gloriosidad fecunda de la nación goda”.
3º "Reconquista", un término preciso y adecuado
Por ello, la
historiadora se muestra favorable a tratar el periodo que transcurre entre el
711 y el 1492 como la reconquista que fue. “Esta tendencia historiográfica en
la que tendemos a negar la existencia de una reconquista en el
fondo se basa en negar, precisamente, que existía algo antes. Claro que
existía, y lo que recuperan los reinos cristianos conforme avanzaban es la
antigua Hispania”.
4º Una supuesta unidad prehispánica a recuperar
Explica Saavedra que uno
de los tópicos más extendidos por la Leyenda Negra sobre la presencia hispánica
en las Indias es el de la existencia de una supuesta e idílica unidad indígena,
quebrada por los españoles. “Recuerdo que en Bolivia Evo Morales decía: `volveremos
a vivir quechuas y aymaras en paz´, pero eso no se vivía desde hacía muchísimo
tiempo: los incas habían masacrado al pueblo aymara para someter lo que
hoy es Bolivia al Imperio incaico”.
Es tan solo un ejemplo
de que “no había una América. Desde hace algunos años están en
auge los movimientos indigenistas que hablan de recuperar una identidad
americana anterior a la llegada de los españoles.
Y esto”, dice, “es una
falsedad histórica: esas américas que los españoles encuentran fueron los
indios del Caribe, en un nivel de civilización comparable a nuestra
prehistoria. O los mayas, en decadencia a la llegada de los
españoles. Los aztecas, que tenían a los estados sometidos a los
impuestos en especies, trabajo o prisioneros para los cada vez más frecuentes
sacrificios humanos. Los incas, por último, hicieron unas campañas
de conquista que llegaron a establecer un imperio desde los actuales Colombia o
Ecuador hasta Chile”.
5º En América, todo se hizo con la misión de evangelizar
Otro de los grandes clichés
negrolegendarios es el de la evangelización como mera excusa de los
españoles para encontrar oro y plata. Y siendo cierto “que había interés en
ello”, “todo se hizo bajo la misión de evangelizar.
“Los reyes asumieron esa
evangelización, ya que para Roma y el Papado no era posible encargarse de las
grandes dimensiones del nuevo mundo. Los reyes pusieron en marcha el proceso
evangelizador con todo lo que llevaba consigo, porque realmente en
América todo era misión”.
6º Se respetaron elementos de las culturas previas
¿Cómo lo hicieron?
“Improvisando una serie de métodos y técnicas muy novedosas. Tenían que
explicar lo que era la Trinidad, la Eucaristía y las verdades de la fe a una
serie de pueblos que en su mayoría eran panteístas. Tuvieron que enseñar que Dios
es trino, pero que eso no significaba que hubiese tres dioses, complicado
de asimilar para un pueblo de estas creencias. Y que en la Eucaristía
se come el cuerpo de Cristo pero que eso no es un sacrificio humano”.
“Para ello emplearon,
por ejemplo, un catecismo pictográfico o el teatro evangelizador, con fórmulas
sencillas que van calando y que pudiesen ir comprendiendo”. Todo ello fue
parejo a una “inculturación” por la que, “en la medida de lo posible, se
respeta la cultura de los pueblos previos a la llegada de los
españoles siempre que sea compatible con la práctica del catolicismo”.
No lo eran, explica, “los sacrificios humanos, la simonía o la poligamia”.
7º Los indígenas, “plantas verdes en la fe”, exentos de ser jugados por la
Inquisición
Otro de los grandes
mitos vertidos en torno a la evangelización de América fue el de los procesos
inquisitoriales sobre los indígenas.
Como explica la doctora,
en América, algunos obispos fueron con cierta capacidad inquisitorial.
Esto significaba que dentro de su diócesis, la inquisición tenía potestad para
velar por que solo los bautizados –el Santo Oficio solo tenía jurisdicción
sobre católicos– vigilasen la fe y las costumbres, y con todo, los
autos de fe en América fueron en extremo aislados y reducidos.
Uno de ellos fue el
de Juan de Zumárraga, primer obispo y arzobispo de México que en
1535 fue investigo del cargo de inquisidor por delegación, y en 1539 ejecutó el
proceso contra el cacique don Carlos de Tezcoco. Sabido esto por el rey
Felipe II, descubre Saavedra, emitió una fulminante cédula reprobando lo
realizado por Zumárraga en la que ordena “que los indios quedan exentos
de ser juzgados por la inquisición” y condenados a la pena capital “por ser
`plantas verdes en la fe´, en palabras literales del monarca, debido a que
“no pueden tener la misma responsabilidad que tienen los cristianos viejos de
la península: no hay tribunales que juzguen a las poblaciones nativas”,
sentencia.
Especialmente
reveladoras de este mito son las Instrucciones para la formación de la
Inquisición en la Nueva España, que advierte a los tribunales “que no
han de proceder contra los indios, porque es nuestra voluntad que solo
uséis de ellos contra los cristianos viejos, y con toda templanza y
consideración, porque así conviene que se haga”.
8º El cardenal rodríguez de Fonseca, condenado por la serie
"Isabel"
El siguiente punto que
se abordó fue en relación a la esclavitud en América, un aspecto de la Leyenda
Negra tan refutado que la historiadora lo abordó de forma tangencial y
anecdótica para refutar las calumnias de la serie española Isabel sobre
el cardenal Rodríguez de Fonseca.
“Se ha dicho mucho
que la reina Isabel le encarga devolver a los esclavos indianos y lo que él
hace es venderlos. Esto es una falsedad brutal y el cardenal Fonseca ha
quedado para el imaginario colectivo español como lo peor. Y no fue así”,
afirma del cardenal, que ordenó “hacer orros e libres a todos nuestros
esclavos y esclavas” con los que, al margen de la ley, se había
comerciado.
Los indígenas,
como habitantes y súbditos libres de la Monarquía Hispánica, “no
podían ser esclavizados”, concluye.
9º No hubo un expolio: 1000 hospitales, 30 universidades y cientos de
escuelas
Antes de finalizar su
ponencia, Saavedra compartió sus recuerdos de Perú. “Estando en Lima, muy cerca
del palacio de gobierno, un señor me estuvo explicando los detalles del
desfile. Al saber que era de España me dijo: `¿Has podido ver bien nuestra
ciudad? ¿Ve todo esto tan bonito? Es lo que nos legaron ustedes los
españoles´”.
Aquel recuerdo le valió
para una de sus últimas refutaciones. “Es verdad que había mucho oro y mucha
plata. Pero cuando América se independiza, se calcula que el número de hospitales
fundados por España en sus dominios americanos fue de más de 1000, destaca
la historiadora, así como 30 universidades, colegios para
niños, para caciques, para mestizos y, también, para mujeres y niñas.
¿Es eso un expolio?, se
pregunta la doctora. “Es una inversión. La red de hospitales y escuelas
que se construyó por toda América es inmensa y todo el continente americano
está repleto de este tipo de realidades”.
10º El mayor monumento de los españoles en las Indias
La autora de Indigenismo
y Evangelización. La primera expansión del cristianismo en América (Digital
Reasons) deja para el final lo que considera “el gran monumento que
construyeron los españoles en las Indias”: el derecho indiano.
“Era la manera de adaptar el derecho
castellano a la realidad indiana, y siempre en favor del indígena americano”,
explica. “Había delitos que tenían mayor pena q si los cometía un español que
si los cometía un indio y desde el primer momento se plantea como proteger a
ese indígena” comenta antes de citar las ordenanzas de 1501 y 1503.
Estos documentos “afirman que los indios van a trabajar a cambio de un salario, se marcan unas horas máximas de trabajo, no se pueden exigir más”. Entre otras de sus medidas garantistas, ordenan que “los domingos se les dará una olla de carne a los indios, las mujeres embarazadas trabajarán como máximo hasta el cuarto mes o que los niños no irán a trabajar. Los trabajadores de las minas”, concluye, “transcurrido un tiempo, recibían un descanso de seis meses antes de regresar”.
José María Carrera
Fuente: ReL