El Papa Francisco recibió en el Palacio apostólico del Vaticano a un grupo de miembros de la Biomedical University Foundation, de la Universidad Campus Biomédico de Roma (Italia)
| Papa Francisco. Crédito: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
Durante su encuentro el Papa
recordó que precisamente hoy, 18 de octubre se celebra San Lucas, “que el
apóstol San Pablo llama ‘el querido médico’”.
El Papa Francisco animó a “poner
al enfermo antes que la enfermedad”, algo fundamental “para que un cuidado sea
verdaderamente tal, verdaderamente integral, verdaderamente humano”, algo que
según recordó “a esto os animó el Beato Álvaro del Portillo: a poneros cada día
al servicio de las personas en su totalidad”.
El Campus Biomédico es una
Universidad situada en Roma (Italia) que fue promovida por el beato Álvaro del
Portillo, según la espiritualidad de la Prelatura del Opus Dei.
Por eso el Papa Francisco destacó
que tanto la Fundación Campus Biomédico y la sanidad católica en general están
llamados a “testimoniar con los hechos que no existen vidas indignas o
descartables, porque no responden a un criterio de utilidad o exigencia del
provecho”.
“Estamos viviendo una cultura del
descarte, esto es lo que se respira y debemos reaccionar contra esa cultura del
descarte”, apuntó.
E insistió en que la sanidad, y
en especial la que de inspiración cristiana, debe ser un lugar en la que se
practica el “cuidado de las personas”, y en donde se pueda decir que no se ven
enfermos o médicos, sino personas que se acogen y ayudan: aquí se toca con la
mano la terapia de la dignidad humana”.
“Y con esta [la dignidad humana]
no se negocia, se defiende siempre”, aseguró el Papa.
Además les animó a poner en el
centro a la persona sin olvidar la importancia de la ciencia y de un
“desarrollo humano de la investigación” en especial con las llamadas
“enfermedades raras, que no se sabe qué son porque no se ha investigado para
comprenderlas”.
El Papa Francisco también aseguró
que la pandemia nos ha mostrado la importancia de conectarnos, de colaborar, de
afrontar unidos los problemas comunes.
“La sanidad, en particular la
católica, tiene y siempre tendrá la necesidad de estar en red, que es un modo
de decir juntos. No es un momento de seguir de manera aislada el propio
carisma. La caridad exige el don: el saber se comparte, la habilidad se
comparte, la ciencia se pone en común”, afirmó.
Y por eso aseguró en relación con
las vacunas que “es urgente ayudar a los países que tienen menos”, algo que “se
debe hacer con planes de miras abiertas, no sólo motivados por la prisa de las
naciones bienestantes de estar más seguras”.
“Las medicinas se distribuyen con
dignidad, no como limosnas piadosas. Para hacer el bien de verdad, hace falta
promover la ciencia y su aplicación integral: comprender los contextos,
arraigar las curas, hacer crecer la cultura sanitaria. No es fácil, es una
verdadera misión, y deseo que la sanidad católica sea siempre en este sentido
más activa, como expresión de una iglesia en salida”; destacó.
Por eso animó a los miembros del
Campus Biomédico a “seguir en esta dirección, acogiendo vuestro trabajo como un
servicio a las inspiraciones y a las sorpresas del espíritu, que durante el
camino se hace encontrar con tantas situaciones necesitadas de cercanía y de
compasión”.
Por Blanca Ruiz
Fuente: ACI Prensa





