Gisela Barreto tras una experiencia en la iglesia de esta aldea ahora es otra
Gisela, en una de sus peregrinaciones a Medjugorje |
Gisela Barreto es una conocida exmodelo y presentadora de televisión
argentina, que en la década de 1990 tuvo una gran fama y participó en programas
de televisión en España, entre otros países, tanto Telecinco como en Televisión
Española. Tras vivir de
explotar su belleza ante las cámaras fue en 2010 cuando experimentó una
profunda conversión en Medjugorje, y ahora se dedica a hablar del amor de Dios
y de la Virgen habiéndose convertido en una comprometida activista provida tras
haber ella misma abortado en su juventud.
Barreto ha sido muy criticada durante estas últimas semanas por
hablar claramente de Dios a través de las redes sociales ante la pandemia de
coronavirus. Así, escribía que “¡la única formar de parar esta plaga es
regresando al corazón de Dios! ¡La vida sin Dios es vacía, fría, árida, estéril! El
pecado es extremo: aborto, eutanasia, degeneración, corrupción, manipulación de
la ciencia, perversión en el clero. El mundo gira al revés y el Señor está
purificando”.
Una carrera como modelo y presentadora desde muy joven
Tal y como recoge Cari Filii News,
en un vídeo emitido por el Rosario de las 11 habla de todo este proceso de
cambio desde la niña educada como católica, a la joven vedette y modelo hasta
la mujer divorciada y que abortó que llegó a Medjugorje, lugar del que salió hace diez años siendo otra persona.
Gisela era la mayor de cuatro hermanos y fue a los 15 años cuando la empezaron a llamar para participar
en concursos de belleza hasta que acabó mudándose a Buenos Aires donde
comenzó a protagonizar portadas en revistas de mora y llegó a ser primera
princesa de Miss Argentina.
Con 18 años empezó su carrera en televisión,
donde consiguió fama internacional y dinero. Con la perspectiva que le dan los
años y su conversión recuerda que aquel ambiente profesional en el que
se movía era “frívolo, con valores totalmente equívocos… Dios pide
humildad, modestia, compañerismo…”.
Dejarse llevar por el “querer, poder, tener”
En aquel momento todo le parecía “fantástico” porque
podía “tener otra posición económica y ayudar a mi familia”. Pero su corazón
iba poco a poco endureciéndose y se fue dejando llevar por el “querer,
poder, tener” que le proporcionaba su belleza y la fama.
Ella misma se creía católica, “pero a la carta”, acomodaba “los mandatos de Dios a mi placer, a mi
voluntad”. “Tenía todo lo material, viajes por el mundo, trabajé en 8 países,
en España, pero nada de eso me daba ese esplendor, satisfacción y mi madre se
daba cuenta”.
“Me sentía vacía”
Además, se casó el hijo de una persona muy famosa y
después se separaron. “Me sentía vacía. Me sentía no satisfecha.
Siempre faltaba algo. No me sentía enamorada de lo que hacía o tenía”,
cuenta Gisela Barreto.
Esta exmodelo relata entre lágrimas que “el
gran pecado de mi vida fue quitar la vida de mi hijo en un aborto. Todavía
estoy en proceso de sanación. También gracias a eso Dios me dio la misión que
tengo que es la de defender la vida, la familia, los valores, pedir a gritos
con el corazón que no aborten, que no maten a sus hijos, que abortar no es
librarse de algo sino asesinar a su hijo”.
Ir a Medjugorje, siguiendo los consejos de su madre
Este aborto fue su mayor dolor, el segundo fue la
muerte de su madre, una mujer de profunda fe que en todo momento intentó
mostrarle el camino a Dios. Para intentar superar esta muerte intentó
seguir los consejos que le dio en vida pero que nunca había escuchado.
“Mi madre cuando yo estaba en plena carrera me pedía
que fuera a Medjugorje. Yo no quería. Ella había ido tres veces. Once
años después de su muerte decidí ir a Medjugorje. Entonces vivía en
Madrid trabajando en Telecinco”.
Gisela asegura que fue a Medjugorje porque “mi
madre siempre me decía que era como tocar el cielo con las manos”. Y
recuerda que cuando nacieron tanto ella como sus hermanos lo primero que hizo
su madre fue consagrarlos a la Virgen. Y cree que fue su madre la que en ese
momento “nos abrió el camino” de vuelta a Dios.
En esta experiencia en Medjugorje, esta exmodelo
asegura que “cuando el avión aterrizó mi paz era infinita pero cuando
llegué a Medjugorje la paz que sentía en mi corazón no era humana”.
La experiencia en la iglesia de Medjugorje
Recuerda especialmente un acontecimiento que le
ocurrió en el interior de la iglesia de Santiago de esta pequeña aldea
bosnia. “Me arrodillé, me puse a rezar y al rezar sentí u olor a
estiércol, abrí los ojos para ver quien olía así y cuando miré vi que no
había nadie. La Madre me hizo ver que era yo quien olía así.
“Yo estaba sumergida en esto… Sabía que estaba en
pecado, pero el mundo me decía: eres buena, nunca te prostituiste. Pero esto
era para el mundo pero para ser de Dios y caminar con Él implica mucho más”,
relata.
Un cambio de vida radical
En Medjugorje “empezó mi cambio. Vivía en adulterio.
Me había divorciado pero no había pedido la nulidad. Trabajaba explotando mi figura sexy. Todo eso lo
comprendí entonces”. Y lo que brillaba para el mundo dejó de brillar y la luz
de Dios y de María empezó a reflejarla.
Ahora cuenta que ya no trabaja en televisión ni tiene
la fama que tenía antes. “Mi vida a día de hoy es lo más hermoso. Es
misa diaria, confesión habitual, adoración todos los días. Mi vida es
vivir para Dios. Conseguí la nulidad, me arrepentí de todo lo que hice. Dios me
perdonó”, cuenta feliz.
Ella lo tiene claro: “La virgen de Medjugorje
fue la que me salvo la vida” porque “la Virgen María me tenía el gran
regalo de la vida en Dios, de poder caminar, el vivir en castidad”.
Javier Lozano / Cari
Filii
Fuente: ReL