Tomislav Čunović, abogado y miembro de 40 Días por la Vida, en el cierre de campaña en Madrid
| ReL |
Este domingo 31 de octubre ha concluido
una de las campañas internacionales de 40 Días por la Vida de 2021. Esta iniciativa que
nació en Texas en 2007 está hoy presente en más de 60 países y 600
ciudades de todo el mundo. Sus voluntarios
acuden a rezar ante clínicas abortistas y ayudan a las embarazadas en
apuro a decir "sí" a la vida de su bebé.
Su delegación española lleva 5 años luchando por el
"principio del fin del aborto".
En el acto de cierre de campaña en Madrid ha participado el
director Ejecutivo de Asuntos Internacionales de la organización, Tomislav Čunović,
abogado con sede en Frankfurt. También acudió el obispo auxiliar de Madrid
Jesús Vidal.
Considera muy importante que los voluntarios perseveren con
oración y testimonio ante las clínicas abortistas, incluso ante la amenaza
del gobierno español de ilegalizar la
presencia de estos grupos ante los abortorios. También añade que "merece la pena luchar, tener
esperanza, trabajar con abogados y defendernos".
—¿Cuál es el principal reto
actual de 40 Días por la Vida a nivel internacional?
—El principal obstáculo es el de las llamadas zonas burbuja (buffer
zones), que también están en Inglaterra, Alemania, en Estados Unidos, en Francia… Existe una tendencia política que busca cerrar el espacio público para
impedir la oración pública. Esto son las zonas burbuja. En Inglaterra o
Alemania, cerca de un abortorio está prohibido reunirse, dar tu opinión y rezar
cerca de un abortorio.
—Se debate en España la
posibilidad de multar o encarcelar a quien rece o rescate niños ante los
abortorios. ¿Qué supondría eso?
—Atentaría contra
el derecho de la libertad de culto, asociación y expresión, protegido en la
Constitución española y la convención de derechos humanos.
» En teoría, existe un consenso de que en los espacios públicos
puedes decir lo que piensas de una manera pacífica. Y eso es lo que hacemos en
40 Días, pero en España, el gobierno ha decidido perseguir el movimiento
provida.
» De
aprobarse el proyecto, se
prohibiría la voz provida y también la voz cristiana. Quieren prohibir la oración, y es un
problema grave que tenemos en cada vez más lugares de Europa, pero vamos a
afrontar este reto en el nivel legal.
—¿Cuáles son los puntos
débiles del proyecto de ley?
—Esta propuesta de ley es una amenaza. Es un juego psicológico del
gobierno para amenazar a
la gente, quieren que
se asusten y dejen de ir a las vigilias.
» Desde el punto técnico-legal, la propuesta es muy mala, porque
no es concreta, no se puede saber qué se prohíbe exactamente. En Alemania dicen
que hay 150 metros donde no puedes rezar. En Francia hay una ley muy fuerte
pero que no ha castigado a casi nadie. Aquí en España no ves nada concreto.
» Es activismo
del gobierno para tener resultados
rápidos para su gente y la industria del aborto y poder decir que han hecho
algo. No creo que se atrevan a encarcelar la gente por rezar en espacio
público. Las multas sí, pueden ser.
—¿Y cómo acogen los
tribunales internacionales estas leyes de los buffer zones o
espacios libres?
—Durante los últimos años, varias sentencias de los tribunales en Alemania
han recogido que cada
persona o grupo tiene derecho a reunirse fuera o enfrente de un abortorio de
manera pacífica. También se puede rezar y hablar con la mujer
pacíficamente: acercarse,
darle los buenos días, preguntar si están embarazadas y si necesitan
ayuda... Los tribunales han aceptado que si la gente se comporta así, es legal
estar en estas zonas.
—¿Y qué margen de actuación
dejan estas sentencias a los grupos provida?
—Si la mujer dice que no quiere ayuda, entonces los provida tienen
que echarse para atrás. Al menos, esa era la línea roja hace años.
—¿Y va a cambiar?
—Ahora los tribunales parece que están abiertos a aceptar los
argumentos del movimiento pro-choice y dicen que no se trata de que se moleste a
las mujeres hablando con ellas, sino que solo con mirar o estar ahí,
pacíficamente, callado, es motivo
suficiente para que la mujer se sienta mal. Están cambiando de lo objetivo
a lo subjetivo.
—Pero, como ha dicho, la
presencia en la vía pública también es un derecho constitucional...
—Por un lado está el derecho de las personas a estar reunidos,
hablando o rezando. Y por otro, el de la privacidad e intimidad de la mujer
embarazada.
» Actualmente, en las cortes internacionales, se observa una tendencia a priorizar el de
privacidad sobre el de la gente que está en la vía pública. Tampoco se
habla del niño, que tiene sus propios derechos.
» Los tribunales en Alemania e Inglaterra están abiertos a estos
argumentos, pasando de la consideración objetiva a la subjetiva. Todo esto se
conecta con la corriente de los delitos
de odio y leyes en las que la mera opinión constituye
una prueba. En pocos años nos acusarán de pensamiento peligroso, nos dirán que no podemos
formar parte de esta sociedad y nos quitarán los derechos. Esa es la
tendencia.
—¿Ha conocido algún caso en
su trayectoria legal de violencia ejercida por grupos provida?
—Nunca. Ni un solo caso. Creo que los abortistas lo saben,
por eso no quieren el dialogo público en la calle y están imponiendo estas
leyes. Saben que no tienen
nada para acusar a los provida. Lo único que tenemos son miles de
testimonios en todo el mundo de mujeres y familias que han salvado a su niño,
que dan gracias a Dios por salvar a las mujeres de cometer un error.
—Sin embargo, el supuesto
"radicalismo provida" se argumenta para impulsar leyes como las de
las buffer zones…
—Es propaganda del movimiento pro-choice.
Hoy en día, todos tienen derechos, los perros, los gatos, las flores… Pero si
defiendes la vida, tienes que callarte.
» Somos un
problema para el movimiento abortista y para su mercado. Por ejemplo,
en los lugares donde se llevan a cabo las vigilias de oración en Estados
Unidos, las estructuras abortistas confirman que la cifra de abortos realizados en los 40 días de campaña
disminuyen un 75%. Pierden muchísimo dinero, y por eso somos un problema.
—Recientemente se ha
despenalizado el aborto en Argentina y se está debatiendo en México. ¿Cuál
observa que es la estrategia del lobby abortista para expandirse por todo el
mundo?
—Desinformación, adoctrinamiento de la juventud, las grandes sumas de dinero de
la propia industria, una prensa mainstream dispuesta
a jugarles el juego… El parlamento de la Unión Europea declaró hace unos
meses que el derecho reproductivo incluye el derecho al aborto libre y
gratuito. Eso es fake news. Ninguna convención internacional
contiene el derecho al aborto. Por eso están pagando tanto dinero para distribuir la desinformación.
—Y la raíz de esa
desinformación es…
—Que dicen que el
niño no es una persona, que son solo unas células que no sienten dolor,
aunque está probado que desde la quinta semana puede sentirlo, o que su corazón
trabaja desde la sexta. Lo que hacen es manipular a todos los niveles, también
en colegios y universidades.
—Parece evidente que la
industria abortista está, por lo tanto, reaccionando al movimiento provida.
—Hasta ahora había un monopolio de esta información. Pero eso ha
cambiado. Los promotores
del aborto están cada vez más nerviosos con el crecimiento del movimiento
provida, sobre todo viendo que hay gente que se atreve a rezar dando
testimonio público y que está aquí para defender la verdad. Por sus reacciones,
parece que el movimiento provida tiene razón.
—Se ha clausurado esta
campaña de 40 Días por la Vida en España. ¿Qué mensaje ha querido
transmitir usted en esta clausura?
—Que merece
la pena luchar, tener esperanza, trabajar con abogados y defendernos. El
gobierno no tiene argumentos contra los provida, y por eso tienen que prohibir
la oración del espacio público.
—¿Qué deben hacer los provida
en estas circunstancias?
—Como dijo San Juan Pablo II, "no tengáis miedo". Tenemos que continuar en la oración. Sabemos que estamos defendiendo la verdad, actuamos de una manera pacífica y no tenemos que tener miedo. Merece la pena seguir, ponerlo en manos de Dios y confiar. La oración puede cambiarlo todo y nada ni nadie podrá prohibirnos rezar. Ni siquiera la cárcel.
José María Carrera
Fuente: ReL





