22 – Noviembre. Lunes. Santa Cecilia, virgen y mártir
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Evangelio según san Lucas 21, 1-4
Alzando los ojos, vio a unos ricos que echaban donativos en
el tesoro del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos
monedillas, y dijo: «En verdad os digo que esa pobre viuda ha echado más
que todos, porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que
les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para
vivir».
Comentario
Este breve relato de la viuda cierra una serie de
controversias de Jesús con los ortodoxos judíos. Jesús está en el templo de
Jerusalén y observa cómo la gente echa monedas en el arca preparada para
recoger las ofrendas. Él a través de la mirada se encuentra con dos tipos de
personajes que el evangelista presenta de forma antitética. Unos que echan sus
donativos, suponemos ricos puesto que echan de lo que les sobra y una viuda
pobre, penichros dice el texto griego, por tanto, casi indigente, que
echa en el arca dos leptas, dos moneditas de cobre.
Una vez más, Jesús nos presenta una de sus paradojas
evangélicas, curiosamente los que han echado más, han dado menos; y la que
menos ha echado, es la que ha dado más; porque en realidad ha dado parte de sí
misma, de lo que le correspondía para su propia vida. Y es que Dios no mira las
apariencias, sino que mira el corazón (1 Sm 16,7).
¿A qué grupo pertenezco yo? ¿A los que dan su tiempo, sus
talentos, sus bienes de lo que le sobra o a los que dan de lo que son, de lo
que les configura, en definitiva, de los que “se” dan? Dice López Aranguren que
“buscamos la felicidad en los bienes externos, en las riquezas; el consumismo
es la forma actual del summum bonum. Pero el consumidor nunca está
satisfecho, es insaciable, y, por tanto, no feliz. La felicidad consiste en el
desprendimiento”. ¡Ojalá nosotros seamos de los felices! Escuchar una buena
música hoy, día de su patrona, Santa Cecilia, contribuirá a ello.
Fuente: Dominicos