La fe es el único camino
Gentileza Fermin Roldan |
"Puedes hacer música sin
manos, solo con el corazón". Son palabras de Manuel López. Es pianista,
lleva dedicado a la música desde los 4 años pero su carrera se vio truncada por
una distonía focal que acabó con la movilidad de su mano derecha. Manuel, ahora
con 43, ha decidido seguir adelante y dedicarse a su gran pasión tocando el
piano solo con su mano izquierda.
Una prometedora carrera. Manuel
comienza su carrera musical con sólo 4 años y pronto se convierte en un alumno
brillante. Llega a ser el alumno más joven del Conservatorio de Madrid con sólo
15 años y acaba su carrera a los 17. Toca el piano y el violonchelo y completa
su carrera componiendo grandes obras. Todo marcha bien hasta que en 2001
comienza a ver cómo su mano derecha pierde movilidad.
Su enfermedad
Le diagnostican distonía focal, una enfermedad neuronal que
limita el movimiento. Tiene tratamiento pero es incurable.
Pierde la movilidad en su mano derecha y se convierte en un drama para un joven
que sueña con convertirse en un gran músico con una carrera brillante. Mucho
dolor, una operación de alto riesgo y un ictus posterior que le deja sumido en
una gran depresión.
Manuel visita varios médicos, psiquiatras y se somete a
tratamientos pero sin resultado. Aparca la música y busca otras salidas, pero
se da cuenta de que nada le llena, que no es feliz.
Reinventa la música
Manuel trata de buscar un nuevo camino y se sienta de nuevo frente
al piano. Adapta su cuerpo, su forma de componer y, como dice, «con 5
dedos hago lo mismo que antes hacía con 10». Comprueba que lo que le
da vida es volver a tocar el piano y comienza de nuevo a componer con su mano
izquierda, haciendo las 2 voces con la única mano que mueve. Componiendo en
capas.
La fe es el único camino
En los momentos más dolorosos y oscuros Manuel cuenta que «hay dos
caminos: uno prefiero ni nombrarlo y otro es la fe. Te aferras a ella y los
milagros ocurren, cada día, con las pequeñas cosas». Todo en la vida es
inesperado, como lo que Dios hace.
Manuel
se apoya en Dios para seguir luchando y le agradece su camino de enfermedad.
Insiste en que «los milagros no dejan de ocurrir. Para hacer música no hace
falta una mano, ni siquiera las dos. Se puede hacer música con el corazón y eso
es lo que me mueve y lo que me da fuerza.»
Su vida, un ejemplo
Manuel no se queja, al contrario. Disfruta intentando hacer llegar
su mensaje de superación a los
demás. Se brinda para hablar y apoyar a quien pasa por lo
que él pasa y anima a músicos que sufren esta enfermedad a levantarse y seguir
caminando al lado de las melodías.
Quiere que su mensaje llegue y cale, contagiar su alegría de vivir
dejando los obstáculos a un lado. «Hay que seguir tocando, buscar repertorios
fáciles o reinventarlos y adaptarlos a nuestra nueva situación». Quiere
ayudar a los que, como él, sufren una distonía focal. Quien quiera su ayuda,
puede encontrarle disponible a través de su página web.
Su sueño
Manuel persigue su sueño. Recuerda como de pequeño escuchaba a los
más grandes tocar en el Auditorio Nacional de Madrid y eso es lo que quiere. No
pudo hacerlo en su momento pero espera conseguirlo pronto. Allí sentado al
piano y sólo con su mano izquierda. Dice que la música le completa y que sólo
con ella puede expresarse. Manuel quiere seguir tocando, para los suyos y para
todos en recitales y conciertos. Crea su música desde el corazón y la toca, de
una forma exquisita, sólo con su mano izquierda.
Violeta Tejera
Fuente: Aleteia