En Via del Corso, casi frente de la iglesia de San Marcelo, que custodia el famoso Cristo que salvó a Roma de la peste, se encuentra la Basílica de Santa María en Via Lata
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Está construida sobre lo que fue
la casa de san Lucas, donde se hospedó san Pedro y dónde vivió prisionero por
dos años san Pablo.
Fundada durante el papado de
Sergio I en el siglo VII fue demolida completamente a causa de las tantas
inundaciones del río Tíber, que la arruinaron por completo.
No se tardó en comenzar una nueva
construcción, que duró casi un siglo, para ser renovada entre el año 1650 y
1662 por Pietro da Cortona, con el estilo barroco que podemos ver hoy.
El altar mayor es obra de Gian
Lorenzo Bernini y la adorna la importante imagen de la “Madonna Avvocata”
(Virgen Protectora), considerada una de las imágenes de la Virgen pintadas por
san Lucas.
En realidad, esta sería una
copia, obra de un pintor conocido como “Petrus pictor”, que habría copiado de
la original más antigua encontrada en el sótano que San Luca habría
frecuentado, según la tradición.
La cripta, casa de los apóstoles
Bajando por unas escaleras
gastadas por el tiempo y la humedad, llegamos a la “domus” (casa), donde la
tradición dice que vivió san Lucas, se alojó Pedro y vivió prisionero san
Pablo.
Recordamos los Hechos de los
Apóstoles, que mencionan de esta estadía de san Pablo en Roma:
Cuando llegamos a Roma, recibió
autorización para alojarse en una casa particular con un soldado que lo
custodiara (Hch. 28, 16)
Pablo vivió dos años enteros por
sus propios medios, recibiendo a todos los que querían verlo…(Hch. 28,
30)
La Cripta es un edificio del
siglo I, dividido en varias salas, en el que luego se estableció un
monasterio en el siglo V.
Todavía se pueden ver fragmentos
de frescos del siglo VII-IX (aclamación a los santos, oración de Jesús en
el huerto, Siete durmientes de Éfeso, Juicio de Salomón y el martirio de san
Erasmo.
En la sala I aún es visible la
columna de granito con base y capitel corintios, según la leyenda allí estuvo
encadenado san Pablo, con una cadena de dos metros.
En ella se puede ver el grabado
de la frase de Pablo (2 Tim 2, 9) “Verbum dei non est alligatum” (La
Palabra de Dios no está encadenada).
En un ángulo se encuentra el
pozo octogonal del que habría brotado un prodigioso manantial siguiendo las
oraciones de San Pablo.
Para conmemorar a los ilustres
personajes que allí vivieron, en la sala principal de la cripta, podemos ver un
relieve escultórico que representa a Pedro, Pablo y Lucas.
Fuente: cryptavialata.it