Medios y políticos arremeten contra Bernardo Álvarez y piden su destitución
Bernardo Álvarez, de 72 años, es obispo de Tenerife desde 2005. |
En una entrevista en Buenas tardes Canarias,
programa de la televisión pública del archipiélago, el obispo de Tenerife, monseñor Bernardo Álvarez, fue
preguntado sobre cuestiones de sexualidad hasta llegar a cuestiones específicas
sobre la homosexualidad. En ese momento, el prelado expresó la opinión de la Iglesia acerca de la
homosexualidad y las prácticas homosexuales.
En cuestión de
horas un auténtico
vendaval mediático se ha desatado contra el obispo. Decenas de medios de
comunicación se han hecho eco de sus palabras, o de parte de ellas, para
criticarle y atacarle duramente porque haya relacionado la homosexualidad con
el pecado mortal-
Pero partidos
de otras formaciones como Podemos e incluso el PP también han criticado
duramente al obispo. El diputado 'popular' en el parlamento regional Poli Suárez
recordó a monseñor Álvarez que pecado es “robar o matar” pero no la homosexualidad.
Qué dijo
exactamente el obispo y en qué contexto
Muchos son los ataques que ha recibido en las últimas horas el obispo, pero lo primero es saber qué dijo exactamente y en qué contexto lo dijo. De hecho, respondió específicamente a la pregunta del entrevistador, que dijo: “¿la homosexualidad es pecado mortal?”. A partir de ahí respondió, lo que dio los titulares de los medios de comunicación.
El obispo
recordó textualmente que “la
sexualidad es algo innato a la persona humana. Y lógicamente la sexualidad
forma parte de la personalidad, y cultivar una buena sexualidad es sano”. Sin
embargo, alertó que del problema de la pornografía y la educación sexual que
ofrece a los menores. Explicó que “las
estadísticas nos dicen que la edad para empezar a ver pornografía es entre 11 y
12 años. Ya me dirás tú a mi si los niños están viendo pornografía qué
conceptos tienen de la sexualidad. Si ya desde pequeños, antes incluso de que
afloren en ellos los impulsos sexuales y la afectividad, ya tienen metido en la
cabeza la pornografía no nos extrañe que luego haya concepciones de la mujer
como objetos y todo ese tipo de cuestiones”.
Fue justo en
ese momento cuando el entrevistador le preguntó directamente si la Iglesia no está
“anticuada” sobre la homosexualidad.
Ahí el obispo
fue prudente y diferenció claramente a la persona de las prácticas
homosexuales. “La iglesia tiene unos principios con las cuestiones morales.
Está ahí el catecismo y por tanto ahí no entro… Siempre digo que las personas son siempre dignas de
todo respeto, las personas. Luego sus comportamientos son discutibles. A
veces se dice: ‘estas ideas son respetables’. Todas las ideas son discutibles.
Igual que usted discute mis ideas yo puedo discutir lo suyo. Lo que es
respetable es la persona”.
Esta respuesta
derivó en la pregunta de si se puede denegar la comunión a alguien. Igualmente
el obispo citó las enseñanzas de la Iglesia al afirmar que “la comunión se niega cuando se
está en pecado mortal y si es un pecado público”.
Llegamos
finalmente a la pregunta que tanta polémica ha generado y por la que piden al
Papa incluso la destitución inmediata del obispo.
¿La
homosexualidad es pecado mortal?, preguntó el periodista.
Esto dijo
monseñor Álvarez: “depende de la persona y la circunstancia. Para que una cosa sea pecado
mortal hace falta que la persona sea consciente de que es pecado, que lo haga
libremente y que no esté condicionada por nada, pero que sepa y que tenga
conciencia de que lo que hace está mal, y a pesar de que sabe que está mal, lo
hace, libremente sin ser condicionados por nada”.
Para aclarar
el concepto de estar condicionado, de ser consciente y de ser libre pujo un
ejemplo: “es como la persona que bebe y cuando bebe hace cualquier disparate. Y
dice: ‘es que estaba bebido’. Claro, es que lo que tienes que hacer es no beber
para no hacer lo siguiente. Porque lo
que hizo fue sin darse cuenta”.
Lo que dice
la Iglesia al respecto
Políticos y
medios de comunicación se han apresurado a decir que lo dicho por el obispo no
es lo que dice la Iglesia. Pero, ¿qué dice realmente la Iglesia sobre la homosexualidad?
La posición
oficial está claramente especificada en el Catecismo de la Iglesia Católica. Este es el lugar al
que acudir.
Los puntos 2357, 2358
y 2359 del Catecismo lo explican claramente. Refiriéndose a los “actos homosexuales" como
"intrínsecamente desordenados" el Catecismo recuerda que son
“contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No
proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en
ningún caso” (2357).
El siguiente punto
del Catecismo, el 2358, recalca que los
homosexuales “deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se
evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas
están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas,
a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar
a causa de su condición”. Es decir, separa los actos homosexuales de la persona
con tendencia homosexual, algo que intentó también recalcar el obispo de Tenerife.
Y ya en el
punto 2359 la Iglesia expresa que “las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante
virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces
mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia
sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección
cristiana”.
Esto es lo que
dice la Iglesia, no lo que dicen que dice la Iglesia.
Testimonios
que apoyan lo que predica la Iglesia
¿Es posible cumplir lo que dice el Catecismo? Absolutamente. Durante
años, Religión en Libertad ha venido publicando numerosos testimonios de
personas que han dejado la vida gay o que siguen manteniendo una atracción
hacia personas del mismo sexo pero que aceptan las enseñanzas de la Iglesia y
son felices viviendo en castidad o fraternalmente.
J. Lozano
Fuente: ReL