En la Audiencia General de este miércoles 26 de enero, el Papa Francisco invitó a superar el miedo imitando la oración y valentía de San José que reconoció la voz de Dios y afrontó las dificultades sin sucumbir
| El Papa Francisco en la Audiencia General Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
“En la vida todos nosotros experimentamos peligros que
amenazan nuestra existencia o la de los que amamos. En estas situaciones, rezar
quiere decir escuchar la voz que puede hacer nacer en nosotros la misma
valentía de José, para afrontar las dificultades sin sucumbir”, indicó
el Santo Padre.
En esta línea, el Papa reconoció que “también el miedo
forma parte de la vida y también este necesita de nuestra oración” y añadió
que “Dios no nos promete que nunca tendremos miedo, sino que, con su ayuda,
este no será el criterio de nuestras decisiones”.
“José siente el miedo, pero Dios lo guía también a
través de él. El poder de la oración hace entrar la luz en las
situaciones de oscuridad”, señaló.
De este modo, el Papa describió que “el sueño simboliza la
vida espiritual de cada uno de nosotros, ese espacio interior, que cada
uno está llamado a cultivar y custodiar, donde Dios se manifiesta y a menudo
nos habla”.
Sin embargo, el Santo Padre advirtió que “dentro de cada uno
de nosotros no está solo la voz de Dios”, sino que hay muchas otras voces,
como por ejemplo, “las voces de nuestros miedos, de las experiencias pasadas,
las voces de las esperanzas; y está también la voz del maligno que quiere engañarnos
y confundirnos”.
Por ello, el Papa destacó la importancia de “lograr
reconocer la voz de Dios en medio de las otras voces” y subrayó el
testimonio de San José que “demuestra que sabe cultivar el silencio necesario
y, sobre todo, tomar las decisiones justas delante de la Palabra que el Señor
le dirige interiormente”.
En este sentido, el Santo Padre reflexionó sobre los
cuatro sueños de
San José narrados en el Evangelio que ayudan a “entender cómo situarnos ante
la revelación de Dios”.
“Muchas veces la vida nos pone delante de situaciones que no
comprendemos y parece que no tienen solución. Rezar, en esos
momentos, significa dejar que el Señor nos indique cuál es la cosa
justa para hacer. De hecho, muy a menudo es la oración la que hace nacer
en nosotros la intuición de la salida, cómo resolver esa situación”, afirmó.
Luego, el Papa explicó que “el Señor nunca permite un
problema sin darnos también la ayuda necesaria para afrontarlo” y agregó
improvisando que Dios “no nos arroja allí en el horno solos, no nos arroja
entre las bestias. No. Cuando el Señor nos deja ver un problema nos da siempre
la intuición, la ayuda, su presencia para salir, para resolverlo”.
“Pienso en este momento en muchas personas que están
aplastadas por el peso de la vida y ya no logran ni esperar ni rezar. Que San José pueda
ayudarles a abrirse al diálogo con Dios, para reencontrar luz, fuerza y paz”,
rezó el Papa que recordó también a los padres que sufren por los sufrimientos
de los hijos.
Antes de concluir su catequesis en italiano, el Santo Padre
subrayó que San José “rezaba, trabajaba y amaba” y, para esto, “recibió
siempre lo necesario para afrontar las pruebas de la vida” por lo que alentó a
encomendarnos a él y su intercesión con esta oración:
enséñanos a recuperar la vida espiritual
como el lugar interior en el que Dios se manifiesta y nos salva.
Quita de nosotros el pensamiento de que rezar es inútil;
ayuda a cada uno de nosotros a corresponder a lo que el Señor nos indica. Que nuestros razonamientos estén irradiados por la luz del Espíritu, nuestro corazón alentado por Su fuerza
y nuestros miedos salvados por Su misericordia. Amén”.
Oración por la paz en Ucrania
Después, con ocasión de la Jornada de Oración por la Paz que
convocó este 26 de enero, el Papa invitó “a rezar por la paz en Ucrania, y a
hacerlo muchas veces a lo largo de este día”.
“Pidamos con insistencia al Señor que esa tierra pueda ver
florecer la fraternidad y superar las heridas, los miedos y las divisiones”.
Al recordar también el Día de la memoria por las víctimas
del holocausto que se celebra cada 27 de enero, el Papa continuó a pedir que
“las oraciones e invocaciones que hoy se elevan al cielo toquen las mentes y
los corazones de los responsables en la tierra, para que hagan prevalecer el
diálogo y antepongan el bien de todos a los intereses particulares. Por favor,
¡nunca la guerra!” exhortó el Papa.
Para ello, el Santo Padre pidió rezar por la paz “con el
Padrenuestro, que es la oración de los hijos que se dirigen al mismo Padre, la
oración que nos hace hermanos, la oración de los hermanos que piden
reconciliación y concordia”.
Problema en la rodilla
Al concluir la Audiencia General, el Papa explicó a las
personas presentes en el Aula Pablo VI que debido a un problema en la rodilla
derecha no pudo recorrer los pasillos para saludar personalmente a la gente,
pero permaneció sentado y algunos fieles pudieron acercarse a saludarlo.
“Es algo pasajero, dicen que es algo que solo le pasa a los
viejos, no sé por qué me llegó a mí”, añadió con sentido del humor mientras que
las personas aplaudieron.
Por Mercedes de la Torre
Fuente: ACI Prensa





