España, por desgracia, y quizá para vergüenza del catolicismo español, no tiene una asociación médica católica
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¿Qué es la eubiosia? Del griego "vivir
bien", la eubiosia es lo contrario de la eutanasia. Es "la
buena vida, el verdadero desafío para un renovado humanismo del cuidado, que se
reafirma potenciando el admirable compromiso personal y profesional, científico
y humano, que siempre ha distinguido la acción médica en la lucha diaria contra
la enfermedad, a favor de la dignidad de la vida, nunca suficientemente
comprendida".
"Debemos tener mucho cuidado para no
aceptar fácilmente lo inhumano como piedad, lo inhumano como si fuera
una compasión razonable", advierte.
"Creemos firmemente que el suicidio
asistido y la eutanasia no pueden incluirse entre los deberes profesionales y
éticos del médico. Estas opciones no son posibles ni practicables en
la alianza médico-paciente y en la relación de cuidado y confianza: el médico
se encontraría en conflicto moral consigo mismo, especialmente si sus
actividades fueran meras actuaciones técnicas sin valor humano y ético",
añade el manifiesto.
Acompañar, cuidar, evitar el encarnizamiento, no matar
"En el proceso de morir la acción del médico debe
ser de acompañamiento, de empatía, de proximidad humana, de
compromiso profesional, ciertamente renunciando siempre a terapias
desproporcionadas o extraordinarias, inútiles, fútiles y onerosas",
añade.
Pide "garantizar el acceso a los cuidados
paliativos y a la terapia del dolor" y que esto se logre "de
manera homogénea y universalista", atendiendo "al enfermo terminal en
un camino existencial, sustentado al máximo por las relaciones humanas y
afectivas".
Los buenos médicos "tienen la obligación de indicar
la proporcionalidad de los tratamientos teniendo en cuenta la historia
natural de la enfermedad. Siguen teniendo la obligación de realizar terapias
del dolor y cuidados paliativos adecuados, eficaces y completos sin excluir
apodícticamente las sedaciones paliativas profundas y sin provocar nunca actos
de abandono, sustracción o ausencia de atención".
Los médicos católicos, aclara, no pueden
"administrar drogas con fines de eutanasia o complacer los deseos
suicidas".
"A los médicos no se les puede asignar la tarea
de causar o provocar la muerte", protesta Boscia. "En el caso de una
ley intrínsecamente injusta, el médico tendrá siempre el deber de obedecer a su
conciencia profesional".
Peligro para la democracia, el bien común y las
personas frágiles
Además, despenalizar la eutanasia, "puede
comprometer los fundamentos mismos de la democracia y el bien común y
alterar los principios de solidaridad y justicia reservados para las personas
más frágiles. Insistimos en que el Estado nunca niegue formas de asistencia y
protección a los enfermos crónicos, ancianos, discapacitados, enfermos
mentales, etc., apoyando así formas de eutanasia social o selección de
frágiles y débiles".
La Asociación de Médicos Católicos nació durante la
ocupación alemana de Roma, en 1943, cuando en la Acción Católica italiana se
decidió que las organizaciones de laicos se organizaran con "formación
específica y capacidad de influencia profesional". En julio de 1944, el
presidente de la Juventud de Acción Católica, Luigi Gedda, y 7 médicos
de entre 30 y 40 años, se reunieron en la iglesia de los padres barnabitas en
Roma, en la fiesta de su fundador, San Antonio María Zaccaria -quien
siempre se mostró interesado en la medicina- y ante su altar se comprometieron
en fundar esta asociación, hoy presente por toda Italia.
Fuente: ReL