31.1.22

EVANGELIO DEL DÍA

31 – Enero. Lunes. San Juan Bosco, presbítero

Misioneros digitales católicos MDC

Evangelio según san Marcos 5, 1-20

Y llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. Apenas desembarcó, le salió al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre poseído de espíritu inmundo. Y es que vivía entre los sepulcros; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; muchas veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para dominarlo. Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras. 

Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó con voz potente: «¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes». Porque Jesús le estaba diciendo: «Espíritu inmundo, sal de este hombre». 

Y le preguntó: «¿Cómo te llamas?». Él respondió: «Me llamo Legión, porque somos muchos». Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca. Había cerca una gran piara de cerdos paciendo en la falda del monte. Los espíritus le rogaron: «Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos». Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al mar y se ahogó en el mar. 

Los porquerizos huyeron y dieron la noticia en la ciudad y en los campos. Y la gente fue a ver qué había pasado. Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio. Y se asustaron. Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de su comarca. Mientras se embarcaba, el que había estado poseído por el demonio le pidió que le permitiese estar con él. Pero no se lo permitió, sino que le dijo: «Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido misericordia de ti». El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.

PALABRAS DEL SANTO PADRE

“La esencia del demonio es destruir o directamente con vicios y guerras o intenta hacerlo “educadamente”, llevando a vivir según “el espíritu de la mundanidad”. [...] Nosotros somos cristianos, católicos, vamos a Misa, rezamos… Parece todo en orden. Sí, tenemos nuestros defectos, nuestros pequeños pecados, pero parece que todo está en orden. Y él se hace “el educado”: va, ve, busca a una linda pandilla de amigos, llama a la puerta – ‘Permiso, ¿puedo entrar?’ – toca el timbre. Y estos demonios educados son peores que los primeros, porque no te das cuenta y los tienes en casa. Éste es el espíritu mundano, el espíritu del mundo. El demonio o destruye directamente con los vicios, con las guerras, con las injusticias directamente, o destruye educadamente, diplomáticamente, así como dice Jesús. No hacen ruido, se hacen amigos, te persuaden – ‘No, vete, no hagas tanto, no, pero… hasta aquí está bien’ – y te llevan por el camino de la mediocridad, te vuelven un ‘tibio’ en el camino de la mundanidad”. (Santa Marta 12 de octubre de 2018)

Vatican News


¡SÍGUENOS EN NUESTRAS REDES SOCIALES! 
facebook twitter