Al recibir en el Vaticano a una asociación que acompaña a personas invidentes, el Papa Francisco explicó lo que significa "ver con el corazón" y citó una de las líneas más famosas de El Principito, la entrañable novela del francés Antoine de Saint-Exupéry
Imagen referencial. Papa Francisco. Foto: Vatican Media |
Reflexionando sobre el pasaje del
Evangelio de San Juan en el que se relata la curación de Jesús al ciego de
nacimiento (Jn 9, 1-41), el Papa dijo que "la paradoja es esta: que
el ciego, al encontrarse con Aquel que es la Luz del mundo, se vuelve capaz de
ver, mientras que los que lo ven, al encontrarse con Jesús, siguen
ciegos".
"Esta paradoja atraviesa muy
a menudo nuestra propia vida y nuestras formas de creer. Saint-Exupéry, en su
libro El Principito, escribió: 'solo con el corazón se puede ver bien; lo
esencial es invisible a los ojos'. Ver con el corazón es ver el mundo y a los
hermanos a través de la mirada de Dios", explicó.
El Santo Padre recibió en el
Vaticano a miembros de la Asociación “Voir Ensemble” (Mirar juntos) que
acompaña numerosas personas invidentes “que quieren caminar juntos para vivir
en fraternidad la alegría del Evangelio”.
"Jesús nos invita a renovar
nuestra manera de ver a las personas ya las cosas. Nos ofrece una visión
siempre nueva de nuestras relaciones con los demás, especialmente en la
familia, de nuestra fragilidad humana, de la enfermedad y de la muerte. ¡Él nos
invita a ver todo esto con la mirada de Dios! La fe no se reduce a una serie de
creencias teóricas, tradiciones y costumbres. Es un vínculo y un camino para
seguir a Jesús, que siempre renueva nuestra manera de ver el mundo ya los
hermanos", agregó.
También dijo que “la mirada de
Jesús nos precede, es una mirada que llama al encuentro, que llama a la acción,
a la ternura, a la fraternidad” y añadió que el Señor nos llama a cultivar la
ternura al encontrar al prójimo.
El Evangelio enseña que “la
persona enferma o discapacitada, a partir de su fragilidad, de su limitación,
puede estar en el centro del encuentro: el encuentro con Jesús, que abre a la
vida y a la fe, y que puede construir relaciones fraternas y solidarias, en la
Iglesia y en la sociedad”, explicó.
El Santo Padre volvió a pedir que
la Iglesia sea como “un hospital de campaña” ya que Jesús “nos invita a actuar
ahora, para consolar, aliviar y curar las heridas de nuestros hermanos y
hermanas”.
“¡Cuántos heridos, cuántos
hermanos y hermanas necesitan una mano tendida para curar sus heridas!”, afirmó
el Papa y recordó que “debemos ser testigos de la Luz” porque “estamos llamados
a dar testimonio de Jesús en nuestra vida con el estilo de la acogida y el amor
fraterno”.
“Dejen que Jesús venga a ustedes,
sane sus heridas y les enseñe a ver con el corazón. Solo Él conoce
verdaderamente el corazón del hombre, solo Él puede liberarlos de la cerrazón y
la rigidez y abrirlos a la vida y la esperanza”, invitó el Papa.
Por Mercedes de la Torre
Fuente: ACI Prensa