El Santo Padre continuó con su serie de catequesis sobre el sentido y el valor de la vejez
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Aciprensa |
En la Audiencia General de este miércoles 30 de marzo, el Papa
Francisco advirtió el peligro de “anestesiar los sentidos espirituales” que
impide reconocer “los signos de Dios” cultiva “la ilusión de la eterna
juventud” y alentó a “aceptar no ser protagonistas, sino solo testigos”.
El Santo Padre continuó con su serie de catequesis sobre el
sentido y el valor de la vejez y reflexionó en el “tierno cuadro pintado por el
evangelista San Lucas, que llama a escena a dos figuras ancianas, Simeón y
Ana”.
“Su razón de vida, antes de despedirse de este mundo, es la
espera de la visita de Dios. Simeón
sabe, por una premonición del Espíritu Santo, que no morirá antes de haber
visto al Mesías. Anna iba cada día al templo dedicándose a su
servicio. Ambos
reconocen la presencia del Señor en el niño Jesús, que colma de consuelo su
larga espera y serena su despedida de la vida”, señaló el
Papa.
En esta línea, el Pontífice destacó la enseñanza “de estas dos figuras
de ancianos llenos de vitalidad espiritual” que permite aprender que “la
fidelidad de la espera afina los sentidos”.
“Hoy más que nunca necesitamos esto: una vejez dotada de sentidos espirituales
vivos y capaz de reconocer
los signos de Dios, es más, el Signo de Dios, que es Jesús. Un signo que nos
pone en crisis - es ‘señal de contradicción’ - pero que nos llena de
alegría”, indicó el Santo Padre.
Invocar al Espíritu Santo
Por ello, el Papa recordó que “el Espíritu Santo ilumina los
sentidos” y animó a rezar el himno “Veni
Creator Spiritus” para invocar al Espíritu Santo que “encienda una
luz para los sentidos”.
“El Espíritu es capaz de hacer esto: agudiza los sentidos del
alma, no obstante los límites y las heridas de los sentidos del cuerpo. La
vejez debilita, de una manera u otra, la sensibilidad del cuerpo. Sin embargo,
una vejez que se ha ejercitado en la espera de la visita de Dios no perderá su
paso: es más, estará también más preparada a acogerla”, explicó.
De este modo, el Santo Padre pidió tener cuidado de anestesiar
“los sentidos espirituales, en la excitación y en el entumecimiento de los
corporales, es un síndrome generalizado en una sociedad que cultiva la ilusión
de la eterna juventud, y su rasgo más peligroso está en el
hecho de que esta es mayoritariamente inconsciente. No se da cuenta de estar
anestesiada”.
Además, el Papa advirtió el peligro de la influencia de “una
sociedad que ejerce principalmente la sensibilidad por el disfrute, disminuye
la atención a los frágiles y prevalece la competencia de los vencedores”.
Sin embargo, el Santo Padre reconoció también que “en la vida real
podemos observar, con gratitud conmovida, muchos jóvenes capaces de honrar
hasta al fondo esta fraternidad. Pero precisamente aquí está el problema:
existe un descarte, un descarte culpable, entre el testimonio de esta savia
vital de la ternura social y el conformismo que impone a la juventud contarse a
sí misma de una forma completamente diferente”.
“De la historia de Simeón y Ana, pero también de otras historias
bíblicas de la edad anciana sensible al Espíritu, viene una indicación
escondida que merece ser llevada a primer plano. ¿En qué consiste,
concretamente, la revelación que enciende la sensibilidad de Simeón y Ana?
Consiste en el reconocer en un niño, que ellos no han generado y que ven por
primera vez, el signo seguro de la visita de Dios. Ellos aceptan no ser protagonistas, sino
solo testigos”, concluyó el Papa.
Invitación para la Cuaresma
Luego, el Santo Padre al saludar a las personas de lengua alemana
señaló que en esta Cuaresma “estamos invitados a abrirnos al Señor a través del
ayuno y la oración y a ser sensibles a las necesidades del prójimo”.
Niños de Ucrania
Antes de concluir la Audiencia General, el Papa saludó a un grupo
de niños de Ucrania hospedados en Roma gracias a dos fundaciones y a la
Embajada de Ucrania ante la Santa Sede y subrayó “con este saludo a los niños,
también volvemos a pensar en esta monstruosidad de la guerra y renovamos
nuestras oraciones para que se detenga esta crueldad salvaje que es la guerra”.
Próximo viaje a Malta
Finalmente, el Santo Padre recordó que el próximo 2 y 3 de abril
visitará Malta para “ser peregrino tras las huellas del apóstol Pablo, que fue
acogido allí con gran humanidad tras naufragar en el mar de camino a Roma”.
“Este Viaje Apostólico será, por tanto, una oportunidad para ir a
la fuente del anuncio del Evangelio, para conocer de primera mano una comunidad
cristiana con una historia vibrante que se remonta a miles de años, para
conocer a los habitantes de un país que se encuentra en el centro del
Mediterráneo y en el sur del continente europeo, que hoy está aún más
comprometido con la acogida de tantos hermanos y hermanas que buscan refugio”,
concluyó el Papa.
Por Mercedes de la Torre
Fuente: ACI Prensa