El Papa Francisco agradeció la generosidad de las personas que realizan una adopción a distancia porque permiten que el niño o la niña se sientan queridos y no les falte lo necesario para su crecimiento
| Papa Francisco en el Vaticano. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
Así lo dijo el Santo Padre este 5
de marzo al recibir en el Vaticano a miembros del proyecto “Agata Smeralda” que
coordina adopciones a distancia con alrededor de 70 mil beneficiados.
“Quien decide hacer una adopción
a distancia está motivado por el deseo de echar una mano a un niño o una niña
para que se sienta querido o querida, para que no le falte lo necesario, para
que crezca bien...”, destacó el Papa.
Además, el Santo Padre señaló que
el trabajo de esta iniciativa involucra a muchas personas benefactores, entre
ellos, laicos, religiosas y sacerdotes “que trabajan en las periferias del
mundo”, como en Salvador de Bahía (Brasil).
“Doy gracias
al Señor con ustedes. Y aprecio el hecho de que atribuyen todo esto a su
Providencia”, resaltó el Papa quien añadió “Sí, somos solo colaboradores de la
Providencia. Y esto nos llena de alegría y gratitud”.
Luego, el Pontífice recordó que
recientemente en una de las catequesis dedicadas a San José abordó la cuestión
de la adopción de los hijos.
En aquella ocasión, resaltó y
animó “a los cónyuges que abren sus corazones y sus hogares para acoger a un
niño que no tiene familia” y añadió que “esta sensibilidad, esta apertura, esta
paternidad y maternidad son también la base de su compromiso”.
“Les agradezco mucho, porque
cooperan a difundir en el mundo la ternura de Dios, su paternidad, que es el
gran regalo que nos hizo Jesús. Jesús no se limitó a hablarnos del Padre, no,
nos acogió en su propia relación con el Padre. Por eso se encarnó y nació de
María, por eso vivió nuestra existencia humana, por eso sufrió, murió y
resucitó: todo para que nosotros, cada uno de nosotros, podamos convertirnos en
hijos del Padre que está en el cielo”, advirtió el Papa.
En esta línea, el Santo Padre
subrayó que existe mucha necesidad de paternidad y de ternura porque “la
verdadera revolución en el mundo la hacen los que trabajan día a día, en
silencio, para que los pequeños y los pobres dejen de ser despreciados,
desechados, abandonados, y puedan levantarse y vivir según su dignidad de hijos
de Dios”.
“Y una adopción a distancia bien
preparada, bien supervisada y bien acompañada hace precisamente eso. Es una
pequeña semilla del Reino de Dios, que crece y da fruto en la medida en que se
cultiva con amor”, afirmó el Papa.
Por último, el Santo Padre los
alentó a seguir hacia adelante con la gracia de Dios e impartió su bendición a
los presentes y a todos los que apoyan las adopciones a distancia, así como
también a los muchos niños y niñas beneficiados. “Que la Virgen los proteja
siempre. Y por favor, no se olviden de rezar por mi”.
Por Mercedes de la Torre
Fuente: ACI Prensa





