Enviados por el Papa, llegan entre hoy y mañana a las fronteras de Ucrania con Polonia y Hungría para llevar ayuda, coordinar corredores humanitarios y reclamar la paz
| El cardenal Michael Czerny en la plaza de San Pedro. Foto: CNS |
Los cardenales Michael
Czerny, prefecto ad interim del Dicasterio para
el Servicio del Desarrollo Humano Integral, y Konrad Krajewski, limosnero
apostólico, intentarán entrar en los próximos días, si las condiciones lo
permiten, en Ucrania para
ayudar a la población, coordinar corredores humanitarios y promover la paz.
Como paso previo, el
cardenal Krajewski llega este lunes a la frontera entre Polonia y Ucrania,
mientras que el cardenal Czerny estará mañana en el límite con Hungría. Este
último viajará primero a Budapest.
Ambos, informa EFE,
visitarán centros de acogida para los migrantes procedentes de Ucrania y que
escapan de la guerra antes de dirigirse a ese país, al que, «dependiendo de la
situación, llegarán en los próximos días», ha indicado la oficina de prensa
vaticana en un comunicado.
«Cuando me encuentre en la frontera, veremos qué posibilidades hay. Sabemos que el alcalde de Kiev ha pedido a los religiosos que vengan y se queden con ellos para orar y defender la ciudad a través de la oración», afirma Krajewski en Vatican News.
«Los cardenales llevarán
ayuda a los necesitados y serán la presencia no solo del Papa, sino de todo el
pueblo cristiano», dijo la Santa Sede retomando las palabras de Francisco tras
el rezo del ángelus este domingo, cuando «en un gesto extraordinario» anunció
la misión de los dos cardenales a la zona de guerra.
«En Ucrania corren ríos
de sangre y de lágrimas. No se trata solo de una operación militar, sino de
guerra, que siembra muerte, destrucción y miseria», dijo el Pontífice, que
instó al cese inmediato de los ataques armados, a que prevalezca el diálogo y a
que se vuelva a respetar el derecho internacional, además de pedir que se
garanticen «de verdad» los corredores humanitarios.
«Un acto de presencia y comunión»
En declaraciones a Vatican News, Czerny
reconoce que el viaje es un modo concreto de acercar «la palabra, la oración,
la profecía y la denuncia del Santo Padre y de toda la comunidad cristiana».
«Es un acto de presencia y de comunión. Voy a ver y a escuchar para aprender y
a comunicarles nuestra solidaridad», añade.
En su opinión, la
pequeña delegación vaticana intentará transmitir «la voluntad de acoger» y
llevará cercanía ante tanto sufrimiento, así como esperanza a quienes se han
visto obligados a huir.
Fuente: Alfa y Omega





