Al recibir esta mañana a los líderes de las Iglesias cristianas en Irak, a un año de su “inolvidable” visita al país de Medio Oriente del 5 al 8 de marzo de 2021, el Papa Francisco propuso lo que considera “el mejor antídoto” para el peligro del extremismo
Papa Francisco. Crédito: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
“Ustedes saben bien que el
diálogo interreligioso no es asunto de pura cortesía. No, va más allá. No es un
tema de negociación o diplomacia, va más allá. Es un camino de fraternidad
hacia la paz, un camino con frecuencia fatigoso pero que, especialmente en
estos tiempos, Dios pide y bendice”, dijo el Santo Padre en la audiencia este
lunes en el Vaticano.
El Papa Francisco resaltó que “ponerse
en diálogo es también el mejor antídoto para el extremismo, que es un peligro para
los adherentes de toda religión y una grave amenaza a la paz”.
“Hace falta además trabajar para
erradicar las causas remotas de los fundamentalismos, de estos extremismos que
se dan más fácilmente en contextos de pobreza material, cultural y educativa, y
son alimentados por situaciones de injusticia y precariedad, como los que deja
la guerra”.
El Papa recordó luego que Irak es
el inicio de “la antigua civilidad de Medio Oriente”, y también “tierra de
exilios”, pese a lo cual las comunidades “han ofrecido valientes testimonios de
coraje y fidelidad al Evangelio”.
“Por esto doy gracias a Dios y
expreso a ustedes mi reconocimiento. Me inclino ante el sufrimiento y el
martirio de quienes han custodiado la fe, también con el precio de la vida”.
El Papa Francisco hizo votos
luego para que “la sangre de numerosos mártires de nuestro tiempo,
pertenecientes a diversas tradiciones pero unidos en el mismo sacrificio,
sea semilla de unidad entre los cristianos y signo de una nueva primavera
de fe”.
“En medio de un pueblo que ha
padecido tantas laceraciones y discordias, los cristianos resplandecen como
signo profético de unidad en la diversidad”, aseguró el Pontífice.
Por todo ello, “no es posible
imaginar a Irak sin cristianos. Esta convicción no se basa solo en el
fundamento religioso, sino en las evidencias sociales y culturales”.
Irak ha sido muy golpeado por la
guerra iniciada tras la ocupación de las tropas de Estados Unidos en 2003, para
derrocar el régimen de Sadam Hussein, y luego por la brutal ofensiva de los
terroristas del Estado Islámico, desde mediados de 2014.
La región de la llanura de
Nínive, que acogía a muchos cristianos, fue la más castigada por los
terroristas. Se trata de una región con una presencia cristiana histórica, que
se remonta a los orígenes del cristianismo.
Tras la ocupación del territorio,
muchos cristianos huyeron de Mosul, Qaraqosh y otros pueblos y aldeas de los
alrededores, y se refugiaron en el Kurdistán iraquí, al norte de la llanura.
La capital del Kurdistán iraquí,
Erbil, se convirtió entonces en un signo del exilio y la resistencia cristiana
y de otras minorías religiosas, como los yazidíes, y los musulmanes contrarios
al Estado Islámico.
El Santo Padre visitó las
ciudades de Mosul, Qaraqosh y Erbil, como un símbolo de apoyo y cercanía a esas
comunidades cristianas.
En su discurso esta mañana, el
Papa Francisco animó a los líderes cristianos a no desalentarse y a seguir
trabajando por la paz, invocando al Espíritu Santo también para lograr la
unidad y “reforzar la comunión entre nosotros y nuestras iglesias”.
Por Walter Sánchez Silva
Fuente: ACI Prensa