Se refugian en el sótano, duermen con sus hábitos. Están listas para salir del convento si hace falta. Rezan y acogen a varias familias. Es su manera de "luchar" por la paz
Aid to the Church in Need |
Magda Kaczmarek, responsable de los
proyectos de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) para Ucrania, está en contacto
permanente con la Iglesia local y los colaboradores de proyectos a los que ACN
apoya desde hace muchos años.
Entre otros, también mantiene un
estrecho contacto con numerosas congregaciones femeninas de la zona de guerra.
“Las religiosas están llenas de miedo y preocupación, pero también saben que
cuentan con el apoyo de la oración y la solidaridad mundial”, informa.
Kaczmarek, conmovida, habla de una
conversación con una religiosa de un convento del norte de Ucrania. El nombre
de la religiosa y el lugar deben permanecer ocultos por razones de seguridad,
pero, según los medios de comunicación, en este lugar se está librando una
batalla feroz. De noche, las hermanas han tenido que refugiarse varias
veces en el sótano, y duermen con sus hábitos para poder salir corriendo de sus
celdas en cualquier momento. Además, de noche se apagan todas las luces
del convento para no ser blanco de ataques aéreos.
En los últimos
días, las religiosas han tratado de proseguir con su vida conventual en la
medida de lo posible. Sin embargo, el teléfono móvil es ahora un compañero
constante incluso en la liturgia de las horas, informa Kaczmarek: “Así se las
puede avisar más rápidamente si comienza otro ataque”.
Sin embargo, incluso el sótano del convento
se ha vuelto demasiado inseguro debido a los feroces combates, por lo que, por
la noche, las religiosas se refugian ahora en un refugio antiaéreo. Varias
bombas ya han caído cerca del convento, matando a una joven familia, describe
Magda Kaczmarek. “Las hermanas han acogido en su convento a tres familias que
temían por sus vidas”.
Esta no es una tarea nueva para las
religiosas, pues ya antes del inicio del ataque de las tropas rusas a finales
de febrero, muchas personas acudían a ellas; también familias afectadas por la
guerra iniciada en 2014.
Las hermanas se ocupan de la atención pastoral
de los heridos y sus familias: esa era y sigue siendo especialmente ahora una
misión muy importante. Para muchas personas, las religiosas son también un
signo de esperanza y orientación. Muchos vecinos aseguran: “Nos quedaremos
mientras estén aquí las hermanas. Cuando ellas se vayan, nos iremos también
nosotros”.
A pesar de la deprimente situación,
también se vislumbran pequeños rayos de esperanza. “Las religiosas reciben
mensajes de todo el mundo diciendo que la gente piensa en ellas y reza por ellas,
también experimentan una gran solidaridad por parte de los amigos y vecinos del
convento, a pesar de que estos también se vean muy afectados”, informa la jefa
de proyectos de ACN.
Las religiosas describen que ahora
sienten la oración de los Salmos en su propia carne, informa Kaczmarek: “Los
ruegos por protección de la guerra y las promesas de la cercanía de Dios les
infunden fuerzas”. Una de las hermanas cuenta que nunca ha rezado tantos
rosarios como ahora.
ACN ha contribuido a financiar la
construcción de su convento y ha prestado un apoyo continuo, durante muchos
años, con ayudas al sustento a estas religiosas, que agradecen a ACN su
solidaridad y cercanía. La fundación pontificia internacional ha pedido a los
conventos contemplativos de todo el mundo que recen por Ucrania. Un apoyo que
no pasa desapercibido pese al miedo a morir en medio de los combates en
Ucrania, señala Kaczmarek tras sus conversaciones con las hermanas: “Este apoyo
hace que se sientan parte de la Iglesia y acompañadas por mucha gente”.
En respuesta al estallido de la guerra
en Ucrania, la fundación pontificia internacional ‘Ayuda a la Iglesia
Necesitada’ (ACN) ha preparado un paquete de ayuda de emergencia por valor de
1,3 millones de euros. Según ha señalado el presidente ejecutivo de ACN, Thomas
Heine-Geldern, esta ayuda beneficiará a los sacerdotes y religiosos que
trabajan en parroquias, orfanatos y residencias de ancianos y que se ocupan de
los desplazados en todo el país.
Ayuda a la Iglesia Necesitada
Fuente: Aleteia