Los fieles suelen buscar varias maneras de prepararse en Cuaresma de cara a la Semana Santa, haciendo diferentes ofrecimientos como leer un pasaje diario de la Biblia o dejar de consumir algún tipo de golosina
Cruz que utiliza el profesor de física Matt D’Antuono. Créditos: Matt D’Antuono |
Sin embargo, el profesor de
física en New Jersey (Estados Unidos), Matt D’Antuono, recomendó una nueva
forma de cargar la cruz de Cristo en este tiempo
de Cuaresma y recordó que en la Crucifixión es donde “el amor transforma la
muerte y el sufrimiento”.
En un artículo publicado en National
Catholic Register, D’Antuono relató que hace un par de años llegó a
“una nueva comprensión sobre el papel del sufrimiento en la vida espiritual, su
conexión con la Cruz y el poder del amor de Cristo”.
El profesor tuvo una experiencia
de conversión que lo llevó a regresar a la Iglesia Católica en 2008, donde
descubrió que la cruz es la “revelación más plena del amor de Dios en el mundo”
y que el sufrimiento del hombre puede estar unido a la Cruz “para compartir los
méritos de Jesús”.
“La
Crucifixión es el centro del universo, donde el amor, la muerte y el
sufrimiento se encuentran, y donde el amor transforma la muerte y el
sufrimiento”, indicó.
D’Antuono señaló que con
facilidad se distrae y pasa horas sin pensar en Dios o sin intentar orar, por
lo que se preguntó qué pasaría si literalmente llevara un crucifijo consigo
todo el tiempo.
“Se me ocurrió que un crucifijo
en mi mano sería un recordatorio constante no solo para orar, sino también para
meditar en el amor de Dios y dirigir todos mis afectos hacia Él”, resaltó.
El profesor señaló que Jesús dice
‘tomen su cruz y síganme’, por lo que el llevar una cruz sería tomar la palabra
como lo hizo San Francisco que “cuando escuchó el consejo evangélico de ir a
vender todo lo que tenía y dárselo a los pobres” lo siguió al pie de la letra
“y cambió el mundo”.
“Sé que no puedo cargar el tipo
de cruz que llevó Jesús, pero quizás un pequeño crucifijo, como los que se usan
en rosarios y collares, podría funcionar”, indicó.
D’Antuono comentó que sabía lo
inconveniente que sería tener algo en la mano constantemente, especialmente en
las tareas diarias, pero sabía que la cruz que cargamos “no se trata de
conveniencia”.
“Entonces me pregunté, en mi
inmenso orgullo y vanidad, qué pensaría la gente si me vieran sosteniendo en mi
mano una pequeña cruz”, señaló. “Sin embargo, me di cuenta de que mi vida no
consiste en lo que otras personas piensan de mí, y soportar malentendidos sería
otra forma de participar en la Pasión”
de Jesús, agregó.
El profesor señaló que compró una
cruz de 4 centímetros, que la ha llevado todos los días, y resaltó que esta
puede ser un ofrecimiento beneficioso para este tiempo de Cuaresma.
“Para ser completamente honesto,
pasa la mayor parte del tiempo metido en mi anillo de bodas, por lo que no lo
estoy sosteniendo activamente. No lo tengo en mis manos cuando duermo. Cuando
lo necesito, lo coloco en el escritorio o en la encimera donde estoy trabajando
o rezando, y al menos está en mi línea de visión. Cuando hago ejercicio o un
trabajo manual, lo guardo en mi bolsillo”, añadió.
“Sé que la gente busca algo
diferente que hacer durante la Cuaresma cada año, y muchas personas han ideado
muchas prácticas maravillosas para la Cuaresma. Aquí hay una práctica que he
encontrado beneficiosa y la presento humildemente para su consideración”,
concluyó.
Fuente: ACI Prensa