"El Papa emérito", afirma, "está de buen humor, claro que físicamente está relativamente débil y frágil, pero más bien lúcido
![]() |
El Papa Emérito Benedicto XVI (Vatican Media) |
Ayer, Sábado Santo, el Papa
emérito cumplió 95 años. Nuestros colegas de Radio Horeb en Munich hablaron con
su secretario personal, el arzobispo Georg Gänswein. De sus palabras se
desprende el ambiente festivo, pero también la vida cotidiana de una
personalidad que "ha dado forma a la Iglesia y a la teología"
Era el 16 de abril de 1927 -un
Sábado Santo- cuando Joseph Ratzinger, que luego sería el Papa Benedicto XVI,
nació en la localidad bávara de Marktl am Inn. Y este año, además, su
cumpleaños cae en la víspera de la Santa Pascua. Su vida llena una biografía
secular, su personalidad ha marcado profundamente la Iglesia y la teología, como
señala el arzobispo Georg Gänswein, secretario particular de Benedicto XVI.
"El Papa emérito", afirma, "está de buen humor, claro que
físicamente está relativamente débil y frágil, pero más bien lúcido.
El silencio del Sábado Santo
95 años es una edad importante.
No habrá fiesta, precisa monseñor Gänswein, porque el Sábado Santo es "el
día que expresa el descanso sepulcral de Cristo". También para el domingo
de Pascua, por supuesto, añade, "habrá una celebración litúrgica. Luego,
durante la Semana Santa, vendrán delegaciones más pequeñas y algunas personas a
ofrecer sus buenos deseos". Monseñor Gänswein recuerda la visita del Papa
Francisco al Monasterio Mater Ecclesiae en los Jardines Vaticanos para las
felicitaciones el 13 de abril, una visita anticipada -señala- ya que el Sábado
Santo es "un día muy intenso para Francisco".
Desde hace algún tiempo, relata
monseñor Gänswein, el Papa emérito ya no celebra la Pascua como celebrante
principal, simplemente "porque ya no tiene fuerzas para estar de pie todo
el tiempo y ya no tiene fuerza en la voz". Sin embargo -añade- sigue la
liturgia, participa en ella concelebrando, con gran énfasis interior. A su vez,
saca nuevas fuerzas, día tras día, para su vida.
Una rutina marcada por la Palabra
del Señor
En general, la rutina diaria en
el Monasterio Mater Ecclesiae, explica Monseñor Gänswein, "no ha cambiado
desde que el Papa es Emérito. Siempre comienza con la parte más importante del
día, a primera hora de la mañana, es decir, la Santa Misa y las oraciones del
Breviario. Después, es hora de desayunar y de hacer una pausa. A continuación,
Benedicto XVI se dedica a la correspondencia y a las lecturas de la mañana. De
vez en cuando hay espacio para la música, hasta la hora del almuerzo". De
nuevo, por la tarde, un momento para un breve descanso y de vez en cuando para
acoger a las personas de visita. Todo depende -concluye monseñor Gänswein- de
cómo se siente el Papa emérito. Por la tarde no falta "un breve paseo por
los Jardines Vaticanos con el rezo del Rosario, pero sentado". La jornada
termina después de la cena con el noticiero en italiano y con la "oración
de la tarde".
Mario Galgano y Johannes
Wieczorek - Ciudad del Vaticano
(Radio Horeb/Vatican News)