El Papa Francisco propuso la cultura de la inclusión y la pertenencia frente a la cultura del descarte
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| Audiencia del Papa Francisco con la Fundación Italiana para el Autismo Crédito: Vatican Media |
En la mañana de este viernes 1 de abril, el Papa Francisco recibió
en el Vaticano a los miembros de la Fundación Italiana para el Autismo con
motivo del Día
Mundial de Concienciación sobre el Autismo que se celebra
mañana sábado 2 de abril.
Al comienzo de su discurso, el Santo Padre agradeció la labor de
esta fundación, que aporta “una valiosa contribución a la lucha contra la
cultura del descarte” a través de proyectos de investigación e iniciativas a
favor de los más débiles.
El Papa Francisco propuso la cultura
de la inclusión y la pertenencia frente a la cultura del descarte.
“La discapacidad, en todas sus formas, representa un reto y una oportunidad
para construir juntos una sociedad más inclusiva y civil, donde los familiares,
los profesores y las asociaciones no se queden solos, sino que reciban apoyo”,
aseguró.
Defendió también la necesidad de “seguir sensibilizando sobre los
distintos aspectos de la discapacidad, rompiendo prejuicios y promoviendo una
cultura de inclusión y pertenencia, basada en la dignidad de la persona”.
El Santo Padre dijo además sorprenderse positivamente al descubrir “tantos
casos de personas con discapacidad que adquieren una buena experiencia laboral,
ofreciendo así un testimonio significativo para todos nosotros”.
“Pensemos en el ejemplo de Santa
Margarita de Città di Castello, la joven discapacitada que puso su
vida en manos del Señor para dedicarse por completo a la oración y al cuidado
de los pobres”, señaló a continuación.
Ante los presentes en la audiencia, el Papa quiso destacar la parábola
del Buen Samaritano, y aseguró que “el samaritano puede ser la
misma persona con discapacidad, con autismo, que se convierte en vecino de los
demás, poniendo sus talentos al servicio de la comunidad”.
A su vez, el Pontífice señaló la participación como un aspecto
esencial de la cultura de inclusión y aseguró que poner a estas personas “en el
centro significa no sólo romper las barreras físicas, sino también garantizar
que puedan participar en las iniciativas de la comunidad civil y eclesial
aportando su propia contribución”.
“Esto significa apoyar su proyecto de vida mediante el acceso a la
educación, el empleo y los espacios de ocio donde puedan socializar y expresar
su creatividad”, dijo el Papa Francisco al mismo tiempo que explicó la
necesidad de “un cambio de mentalidad”.
“Los prejuicios, la desigualdad e incluso la discriminación siguen
existiendo. Espero
que las propias personas con discapacidad se conviertan cada vez más en
protagonistas de este cambio”, subrayó.
El Papa también centró su discurso en la guerra de Ucrania y animó a los
presentes a pensar en los más desfavorecidos y a ofrecer solidaridad “en la
oración y en la caridad”. “Ante tantas heridas, especialmente las de los más
vulnerables, no desperdiciemos la oportunidad de apoyarnos mutuamente”.
Por último, pidió una economía solidaria explicando que las fundaciones,
como la presente esta mañana en el Vaticano, “necesitan apoyo económico”. Por ello,
agradeció a aquellos que ayudan económicamente, ya que “al destinar recursos en
favor de sus vecinos están construyendo una sociedad más unida, inclusiva y
fraternal”.
“Estamos atravesando un tiempo de dura prueba, pero la proximidad
de la Pascua del Señor nos recuerda que la muerte no tiene la última palabra.
Junto con nuestros hermanos y hermanas más frágiles, ¡mantengamos encendida la
antorcha de la esperanza!”, exclamó el Santo Padre.
El Papa Francisco finalizó su discurso recordando que durante el
día de hoy las personas con autismo cocinarán un almuerzo en la Plaza de San
Pedro para los más necesitados.
Por Almudena Martínez-Bordiú
Fuente: ACI Prensa






