11 – Mayo. Miércoles de la IV semana de Pascua
![]() |
Misioneros digitales católicos MDC |
Evangelio según san Juan 12,
44-50
Jesús gritó diciendo:
«El que
cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a
mí, ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que
cree en mí no quedará en tinieblas. Al que oiga mis palabras y no las
cumpla, yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para
salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo
juzgue: la palabra que yo he pronunciado, esa lo juzgará en el último
día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es
quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su
mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo, lo hablo como me ha
encargado el Padre».
Comentario
“El que cree en mí, no cree en
mí, sino en Aquél que me ha enviado; y el que me ve a mí, ve al que me ha
enviado”. Estas palabras de Jesús son un resumen de muchas de sus enseñanzas a
lo largo de toda su vida pública.
Jesús manifiesta la necesidad de
la fe en Él para recibir la vida nueva que nos ha traído. Creer en Él es creer
en quien le ha enviado, en el Padre. Muchas veces reprocha a sus discípulos por
la falta de fe, como a Pedro cuando le dice en medio del lago: “¡Hombre de poca
fe! ¿Por qué has dudado?” (Mt 14, 31). Otras veces alaba a quienes se
encuentran con Él por su fe, como a la mujer sirofenicia a quien le dice:
“¡Mujer, qué grande es tu fe!” (Mt 15, 28). Otros le piden, cuando se
encuentran con Él, que les aumente la fe como los Apóstoles: “le dijeron al
Señor: «Auméntanos la fe” (Lc 17. 31).
Creer en Jesús es creer en el
Padre. Y vivir en la luz de Dios: “Yo soy la luz que ha venido al mundo”. Vivir
en esta luz es vivir lejos de las tinieblas. Es vivir en el pleno sentido de la
existencia y encontrar lo que verdaderamente anhela la persona: una existencia
anclada en el Amor. En el Amor de verdad que es el Amor de Dios por cada uno de
nosotros. La luz para encontrar ese Amor auténtico es Jesús.
Jesús ofrece a todos este Amor
auténtico que cada uno puede encontrar en lo más profundo de su ser y que
estamos llamados a descubrir. En esta búsqueda tiene lugar la sinceridad de
nuestra vida y seremos juzgados por ello. Por cómo nos hayamos abierto al Amor
o por cómo nos hayamos resistido al Amor que nos busca constantemente.
Y, una vez más, Jesús remite a la
vida eterna: “y sé que su mandato es vida eterna”. Esta vida eterna es la que
ha traído nuestro Señor Jesucristo con su muerte y su resurrección y es la que
vamos buscando cuando nos abrimos al Amor.
Estos días de Pascua son un
tiempo maravilloso para ver la vida con perspectiva de eternidad. Desligarnos
de los lazos caducos de tiempo y de espacio y pensar en lo que nos espera si
vivimos fieles a Jesucristo, fieles al Amor de Dios que se nos da en
Jesucristo. En definitiva, luchando por vivir como Cristo que vive identificado
con la voluntad de su Padre. Así, con su ejemplo, nos enseña a vivir en
sintonía con el Padre.
Javier Massa
Fuente: Opus Dei