Se ha publicado el balance 2021 de la colecta que sostiene el ministerio y la caridad del Papa en el mundo: unos 47 millones de euros de ingresos, apoyo brindado a situaciones de necesidad en 67 países. Estados Unidos, Italia y Alemania, entre los mayores contribuyentes
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Una construcción en Liberia llevada a cabo por la Sociedad de las misiones africanas. El Óbolo de San Pedro apoya también las obras de los religiosos. |
"¡La Iglesia somos todos
nosotros! Todos aquellos que siguen al Señor Jesús y que, en su nombre, se
acercan a los más pequeños y a los que sufren, buscando ofrecerles algo de
alivio, consuelo y paz'. La frase de Francisco, extraída de la audiencia
general del 29 de octubre de 2014, sella las cinco páginas de cifras que ponen
negro sobre blanco el balance 2021 del Óbolo de San Pedro, la tradicional
colecta que a finales de junio destina los recursos obtenidos de la generosidad
de particulares, diócesis y organizaciones caritativas tanto al sostenimiento
de la caridad del Papa hacia los necesitados del planeta como a las estructuras
que acompañan su misión apostólica.
El panorama para 2021
Y la ayuda del año pasado se
materializó en una recaudación que rozó los 47 millones de euros en total (46,9
para ser exactos), frente a un gasto de 65,3 millones de euros. A modo de
comparación, en 2020 la recaudación había superado ligeramente los 44 millones
(44,1), pero ya de 2015 a 2020, recordó el padre Guerrero, el Óbolo había
experimentado un descenso del 23%, penalizado además por un 18% más en 2020
debido a la pandemia.
El total de lo recaudado en 2021
lo componen las distintas partidas que alimentan el Óbolo, empezando por la
colecta realizada durante la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo en todas
las diócesis del mundo, hasta las ofrendas recibidas a través de transferencias
bancarias, donaciones, legados, herencias y a través de los acreditamientos
realizados a través de la página web
https://www.obolodisanpietro.va/en/dona.html. La mayor parte de las donaciones
(65%) proceden de las diócesis y otro 10% aproximadamente de fundaciones, así
como sumas más pequeñas recibidas de donantes privados e institutos religiosos.
Desde el punto de vista geográfico, los mayores contribuyentes al Óbolo 2021
fueron los Estados Unidos (29,3%), seguidos de Italia (11,3%), Alemania (5,2%),
Corea (3,2%) y Francia (2,7%). Las colectas por país cubrieron el 75% del
total, el resto fue donado a la Santa Sede por fundaciones e institutos
religiosos.
La distribución de las sumas
Los ámbitos a los que el Óbolo
eroga fondos se refieren, por un lado, al servicio prestado por la Curia Romana
y, por otro, a las numerosas obras de caridad que ayudan directamente a los más
necesitados. De los 65,3 millones de euros gastados en 2021, 46,9 millones de
euros se financiaron con las ofertas recibidas durante el año, mientras que los
18,4 millones restantes se financiaron con el patrimonio propio del Óbolo. En
particular, 55,5 millones de euros contribuyeron a las actividades promovidas
por la Santa Sede para llevar a cabo la misión apostólica del Papa, mientras
que, como se ha mencionado, unos 10 millones de euros (9,8 millones para ser
exactos) se destinaron a proyectos de asistencia.
Ayuda a los más necesitados
En concreto, la ayuda ofrecida a
las diócesis con pocos medios, a los institutos religiosos y a los fieles con
graves dificultades (pobres, niños, ancianos, marginados, pero también víctimas
de catástrofes naturales, víctimas de la guerra, refugiados, emigrantes, etc.)
vio a la Santa Sede donar más de 35 millones de euros en 2021 y una parte de
esta contribución, los mencionados 9,8 millones de euros, procedía del Óbolo,
una cifra que permitió impulsar 157 proyectos en 67 países. África fue la
principal beneficiaria (41,8%), seguida de América (23,5), Asia (8,2%) y Europa
(1%). Destacan tres ámbitos de intervención: los proyectos sociales
(construcción de escuelas, proyectos de protección de la dignidad humana,
etc.), el apoyo a la presencia evangelizadora de las iglesias con dificultades
(por ejemplo, la construcción de dormitorios en Sudán del Sur e Indonesia), y
la expansión y mantenimiento de la presencia evangelizadora (construcción de
nuevas iglesias).
Apoyo a la misión del Papa
Los 55,5 millones de euros
destinados en 2011 a sostener el ministerio papal han financiado el 23% del
gasto total de los dicasterios dedicados a la misión apostólica en ese mismo
año, excluyendo los administrativos (que ascienden a 237,7 millones). Se trata
de las estructuras, renovadas por la reciente constitución apostólica
Praedicate Evangelium, que colaboran con el Papa en su misión como cabeza de la
Iglesia universal y que incluyen las diversas formas en que se expresa la
evangelización (espiritual, educativa, de justicia, de comunicación, de caridad
política, de actividad diplomática, etc.).
Hace un año, en vísperas de la
colecta, el Prefecto de la Secretaría para la Economía, el jesuita Juan Antonio
Guerrero Alves, destacaba en una entrevista con Radio Vaticana la importancia
de la contribución garantizada por el Óbolo: "Es importante colaborar
porque no podemos pensar que la misión de la Iglesia pueda sostenerse sin la
contribución de los fieles. El anuncio del Evangelio en todo el mundo, con todo
lo que ello conlleva, presupone una estructura de apoyo".
Alessandro De Carolis - Ciudad
del Vaticano
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