Un trampolín para ayudar al otro a llegar al cielo
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Los esposos deben cuidar su matrimonio cada día. Aquí ofrecemos algunos consejos / Juan Pablo Arias (Cathopic) |
La familia es el pilar básico de la sociedad. Es de
tanta importancia que la historia de la civilización depende en gran parte de
la salud de la familia. De hecho, la historia mundial ha probado que los
poderosos imperios y civilizaciones se desmoronan y se desintegran en
proporción directa al debilitamiento de la familia.
Muchas tendencias modernas se oponen a la estabilidad de la
familia, entendida por la unión
entre un hombre y una mujer en santo matrimonio, que además esté abierto a
la vida.
El padre Ed
Broom, oblato de María Inmaculada, ofrece diez sugerencias concretas sobre
cómo un esposo y una esposa pueden crecer en su amor por Dios, su amor mutuo,
por sus hijos y su deseo ardiente de formar familias santas y ejemplares desde
las que sus hijos puedan cruzar, como si fuera un puente, de la tierra al
cielo.
De hecho, sin pautas claras, instrucción adecuada y educación constante,
la formación de familias ejemplares y santas es muy difícil. Estas son 10 pequeñas ayudas que este sacerdote ofrece en Catholic
Exchange:
1. Oración
Reza por tu
cónyuge (así como por tu familia) diariamente. Ofrece
la misa por tu cónyuge al menos dos veces al año: en su cumpleaños y en vuestro
aniversario. Cuantas más, mejor. “Para el 25 aniversario de mi sacerdocio, mi
madre hizo que se ofrecieran 25 misas por mis intenciones. Una Misa tiene más
valor que el mundo entero. Es la Sangre Preciosa de Jesús ofrecida al Padre por
la salvación del mundo”, explica el padre Ed Broom.
2. Perdón
Este sacerdote siempre ofrece un consejo cuando celebra un
matrimonio, que utilicen mucho estas tres expresiones: “te quiero”, “perdóname” y “te
perdono”.
3. Cuidado con la ira y el
resentimiento
La Biblia lo advierte claramente. En Efesios 4, 26 San Pablo
afirma: "Si os airáis, no pequéis; no se ponga el sol mientras estéis airados, ni deis ocasión
al Diablo."
Si se produce una discusión, desacuerdo o discordia entre los
cónyuges es fundamental asegurarse de no irse a la cama enfadados el uno con el
otro. Si no lo haces, la
ira se convierte en resentimiento, frialdad y amargura, e incluso a veces en
odio.
4. Un acto de bondad todos
los días
Todas las noches antes de acostarse puedes planificar algún pequeño acto de
caridad para hacer feliz a tu cónyuge al día siguiente.
5. Renueva tu luna de miel
“Como esposos hay que trabajar constantemente en las habilidades
de comunicación. ¿Por qué
no salir una vez al mes a un restaurante, dejando a los niños con una niñera,
para que tengáis tiempo de conversar, compartir, organizarse y simplemente
disfrutar de la compañía de los demás?”, recomienda este sacerdote.
6. El consejo de Fulton Sheen
Siempre es ocasión de recordar el libro del obispo Fulton Sheen Tres
para casarse. ¿Quiénes son? ¡El esposo, la esposa y Dios! “Nunca podemos enfatizar
lo suficiente la importancia de rezar juntos como pareja y como familia. Las
palabras inmortales del Padre Patrick Peyton, el famoso sacerdote del Rosario,
resuenan tan verdaderas…: ‘La
familia que reza unida, permanece unida’”, agrega.
7. Elogios frecuentes
“Vivimos en un mundo con negativismo constante, críticas
constantes, ataques tanto físicos como verbales. Debemos ir en la dirección
opuesta: trata de ofrecer
palabras y expresiones que elogien, señalando las buenas cualidades que están
presentes en tu cónyuge. Qué fácil es que pase una excelente comida
que el cónyuge ha estado preparando durante horas sin siquiera una palabra de
reconocimiento. Qué fácil es para el marido estar trabajando día y noche,
sudando y hasta sufriendo para pagar las facturas, y muy pocas veces escucha
una palabra de cumplido. En una palabra, qué fácil es darse por sentado el uno
al otro. Qué fácil es estar ciego ante el bien que el cónyuge está haciendo en
el día a día”, señala Ed Broom.
8. Día de Retiro Familiar
Mensual
¿Por qué no
reservar una noche una vez al mes para recargar las baterías espirituales de
toda la familia? ¿Cómo, podrías preguntar? Es sencillo: reservar un día/tarde
con las algunas actividades espirituales y luego sociales.
Se puede empezar por confesar, rezar el Rosario e ir a misa todos
juntos. Y después tras lo espiritual lo social: una buena comida, conversación
y juegos en familia.
9. Reunión familiar una vez
al mes
El padre Broom hace otra recomendación relacionada con el punto
anterior: “Otra práctica que animo calurosamente, y que posiblemente podría
realizarse en el contexto del retiro mensual sería una reunión familiar. Esto puede ser difícil, pero es muy
eficaz para mantener la comunicación y el entendimiento en la unidad familiar.
Aquí está el orden o el método quizás a seguir: oración, luego los padres
comienzan felicitando a sus hijos por el bien que han hecho en el último mes.
Luego, los padres preguntan humildemente a los niños qué creen que deberían
cambiar los padres para mejorar su vida familiar. A continuación, los padres
pueden intervenir y señalar áreas en las que sus hijos deben trabajar para
mejorar en su vida personal y familiar. Esto requiere mucha humildad,
honestidad y fortaleza, pero puede ser una herramienta muy eficaz para mejorar
la comunicación y comprensión en la familia”.
10. Ser un buen samaritano
con tu cónyuge y con otros
Jesús es el Buen Samaritano que levanta y ayuda al hombre que yace
medio muerto al borde del camino. Sin embargo, el verdadero buen samaritano en
este momento debe ser tanto el marido como la mujer, ambos cónyuges. En lugar
de buscar siempre ser servido, ayudado, el centro de atención, sé tú el
protagonista, el Buen Samaritano, esforzándote
por ser de ayuda a tu cónyuge y demás familiares.
Fuente: ReL